Bob Dylan una vez más hace un regalo para sus fans con Rough and Rowdy Ways, lleno de referencias a la cultura pop que al mismo tiempo está cargado de literatura, filosofía e historia.

Rough and Rowdy Ways es el álbum número 39 de Bob Dylan, cuenta con 10 canciones originales, este álbum es el primer material nuevo desde el lanzamiento de Tempest (2012).

Sin duda, Bob Dylan ha logrado consolidarse como una figura mítica en la industria de la música que lo ha llevado a ganar en 2016 el premio Nobel de Literatura, un caso extraordinariamente inédito para un músico. Bob Dylan ha sido catalogado como la voz de una generación en los años 60, su vida ha sido un torbellino lleno de altas y bajas, pero con una constante, el talento.

Siempre ha levantado la voz en cada una de sus canciones para resaltar movimientos sociales importantes en la historia de la humanidad, recordemos que incluso fue vetado por el famoso programa estadounidense The Ed Sullivan Show por la sátira anticomunista Talkin’ John Birch Paranoid Blues donde acusa al gobierno de Estados Unidos estar coludidos con los “Rojos”, estas son las canciones de Bob Dylan, llenas de referencias que enlazan una idea en concreto.

Rough and Rowdy Ways ha debutado con unas críticas sorprendentes no es para menos, este álbum es una oda a la vida y la muerte pasando por el caos en el mundo en el que vivimos actualmente. Podríamos relacionar este álbum por un lado con el “Cine Negro”, ese cine lleno de historias melancólicas con finales trágicos y por otro lado lo podemos ver como una “Nouvelle Vague” llena de historias que se encargan de relatar la continuidad de la vida.  Bob Dylan no esta desapegado del Séptimo Arte, recordemos que participo como director y protagonista en Renaldo and Clara (1978).

“La mayoría de mis canciones recientes son así. Las letras son reales, tangibles, no son metáforas. Las canciones parecen conocerse a sí mismas y saben que puedo cantarlas, vocal y rítmicamente. Se escriben por sí mismas”, dijo Bob Dylan al historiador estadounidense Douglas Brinkley en una entrevista publicada por The New York Times.

I Contain Multitudes toma su título de una línea en el poema de Walt Whitman, Song of Mysel. Pasando por este homenaje al poeta, Dylan hace una serie de referencias que van desde Allan Poe, Ana Frank, pasan por William Blake, mientras que compara sus canciones con sinfonías de Chopin y Beethoven, hasta The Rolling Stones están incluidos en esta canción, eso es la apertura de este álbum.

Esta canción es una carta a la muerte, cuando Dylan dice “I’m going to Balian Bali” se refiere a un destino turístico famoso por las puestas de sol, en realidad hace referencia al ocaso de su vida. Una charla cara a cara con la muerte donde deja muy claro que luchará hasta el final y disfrutará la vida hasta el último aliento.

False Prophet tiene la forma de blues marcada en toda la canción donde desborda un mensaje de amor y aceptación, esto se vincula con la propia carrera de Dylan donde vemos su activismo plasmado en la letra como la búsqueda del significado de este. Bob Dylan no pretende ser un profeta y lo deja claro con esta canción, simplemente, habla desde la voz de la experiencia con 79 años detrás de él que nos relata su perspectiva del mundo.

Una vez más, nos carga de cultura con My Own Version of You, va desde mencionar a Al Pacino con sus papeles memorables como jefe de la mafia italiana en Scarface (1983) y The Godfather (1972), hasta tocar la historia de Frankestein de Mary Shelley, tocar el piano como Liberace combinado con el ímpetu de Julio César y llegar con San Juan el apóstol y sus doctrinas.  Referencias a Shakespeare, Marx y Freud nos dan ese toque filosófico que se ve acompañado de instrumentos de cuerdas en perfecta armonía.

I’ve Made Up My Mind To Give Myself To You es una canción de amor donde los coros implementan ese sentido de armonía con la propia letra acompañado de una guitarra melancólica, Dylan se entrega por completo a la persona que ama sin pedir nada a cambio. Trata de explicar el amor que siente que lo compara con un evangelio de amor, un amor tan real, tan verdadero hasta el punto más personal del cantautor. Una balada que nos hace recordar al gran Frank Sinatra y esto no es coincidencia, ya que, Dylan es un gran admirador de Sinatra donde incluso lanzó un triple álbum de covers de Sinatra llamado Triplicate (2017).

Black Rider con toques de arpa y un arpegio fantástico nos cuenta el cara a cara con el jinete negreo que fácilmente lo podemos relacionar con la muerte, pero como todas las canciones de Dylan quedan a interpretación de cada persona, como él mismo lo ha repetido en múltiples ocasiones. Al igual que la segunda canción del álbum, Goodbye Jimmy Reed nos da un sonido solido de blues en todo su esplendor con ligeros toques de armónica que hace inconfundible el sonido de Dylan.

Mother of Muses es una clara referencia a las musas griegas hijas de Zeus y Mnemósine, estas musas eran capaces de inspirar toda clase de poesía y belleza humana como punto central en el arte, Dylan incluso quiere casarse con una de ellas llamada Calíope que se podría decir que es la más importante de todas al ser la de la bella voz. Es el ocaso de la vida de Dylan y pide que las musas lo guíen en su camino a trascender.

La inmortalidad esta marcada en Key West (Philosopher Pirate), esta penúltima canción del álbum Dylan nos relata el lugar prometido para pasar los últimos días de una vida, un lugar placentero donde llegan los rayos de felicidad, es la historia de Dylan, pero nos recuerda que no terminara aún sin él.

Murder Most Foul nos relata un suceso histórico de la historia de los Estados Unidos, el asesinato a sangre fría de John F. Kennedy en 1963. Un buen día para vivir y para morir, esa es la premisa de la canción, donde solo los muertos son libres. Una serie de violines que se fusionan con la terminación de cada estrofa nos lleva a conocer el asesinato más vil.

Las canciones de este álbum nos recuerdan que Bob Dylan es un poeta en la piel de un músico, aún en el “ocaso” de su vida nos regala joyas imperdibles que nos hacen reflexionar sobre nuestra existencia en este plano terrenal. Sin duda, este el álbum más destacable de Dylan en este milenio y esta a la altura de piezas míticas como The Freewheelin’ Bob Dylan (1963) y Highway 61 Revisited (1965).

 

Escrito por

Ricardo Hernández

Melómano por naturaleza. El cine es mejor que la vida, eso dicen...