Ficción, animación y cine documental, esto fue lo más destacado de la 11.ª edición de MyFrenchFilmFestival.
Más de treinta películas trajo consigo esta edición de MyFrenchFilmFestival, donde la diversidad, la inclusión, la familia y la juventud fueron sus principales ejes temáticos. Basado en el tratamiento de sus historias, su relevancia en el contexto actual y en el cine francófono, y, sobre todo, en el impacto que produjeron en mí como crítico y espectador, elegí las que he considerado las diez mejores películas del festival. Espero que ustedes también disfruten y reflexionen con estas historias.
Adolescentes – Sébastien Lifshitz (Largometraje)
Este documental filmado durante cinco años, sigue la vida de dos adolescentes francesas, Anaïs y Emma, quienes son mejores amigas y están a punto de entrar en una de las etapas más importantes de sus vidas. La intimidad que logró el documentalista Sébastien Lifshitz, quien es reconocido por abordar temáticas LGBT+ en sus películas, quizá sea la principal virtud del largometraje. Su cámara siempre se mantiene al margen, sin embargo, logra capturar las emociones, sueños e inseguridades que todos los adolescentes experimentan a flor de piel.
Destello fugaz (Vif-argent) – Stéphane Batut (Largometraje)
Largometraje ganador del premio Jean Vigo en el 2019. La historia y sus personajes nacen y se desarrollan entre el mundo de los vivos y los muertos. A pesar de que el drama se cocina a fuego lento, los planos oníricos que dibuja el director, acompañados de paisajes naturales y urbanos, son tan encantadores y perturbadores que resulta imposible no quedar hipnotizado desde los primeros minutos.
Camille – Boris Lojkine (Largometraje)
Película basada en la obra y vida de la fotoperiodista Camille Lepage, quien fue asesinada cumpliendo su labor durante la Segunda Guerra Civil Centroafricana en 2014. Además de revalorar el trabajo de Camille Lepage, la cinta logra abordar temas fundamentales: destaca la importancia que tiene el fotoperiodista en los conflictos civiles; crítica a los grandes medios de comunicación; y lanza fuertes reflexiones acerca de la guerra y todas sus terribles consecuencias.
El silencio (Motus) – Élodie Wallace (Cortometraje)
¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de enfrentar cara a cara a tu agresor? El cortometraje de la directora Élodie Wallace parte de esta pregunta; no con la intención de darle una respuesta específica, pero sí para romper el silencio y crear conciencia acerca del largo y complicado proceso por el que atraviesan las mujeres que han sido victimas de una violación. La historia dura menos de veinte minutos, pero te deja con reflexiones que prevalecen para toda la vida.
Beauty boys – Florent Gouëlou (Cortometraje)
Una historia sobre aceptación y hermandad. Dos hermanos adolescentes intentan encontrar su lugar en el mundo, Jules, el hermano mayor, es rapero y es uno de los chicos rudos del barrio; Leo, el hermano menor, tiene una pasión por el maquillaje, el baile y su máximo sueño es disfrazarse de drag-queen.
Mientras sus personalidades chocan y se repelen, somos testigos del machismo que aún prevalece entre los jóvenes franceses y del miedo que siente la sociedad hacia aquellas personas que se salen de los cánones establecidos.
Sin pedigrí (Clebs) – Halima Ouardiri (Cortometraje)
Cortometraje documental filmado en un refugio para perros en Marruecos, donde viven en condiciones extremas cerca de 750 caninos. La directora Halima Ouardiri capturó un lugar yermo y sin muchas oportunidades; la vida de estos perros se limita exclusivamente a dormir, comer y cagar, y sus mejores años se escurren sin ninguna muestra de cariño o empatía humana.
Madame – Stéphane Riethauser (Largometraje)
Stéphane Riethauser, conocido por su libro A visage découvert: des jeunes Suisses romands parlent de leur homosexualité (2000) y su cortometraje Prora (2012), ha pasado gran parte de su vida adulta luchando a favor de los derechos de la comunidad LGBT+. Este filme es la radiografía de su vida y de su lucha, nace a través de cintas caseras, recuerdos familiares y la memoria de su abuela, persona con la que Stéphane tuvo un vínculo especial a pesar de pertenecer a generaciones totalmente distintas.
Lugares vacíos – Geoffroy de Crécy (Cortometraje)
Una obra adelantada a su tiempo, muestra lugares urbanos totalmente desolados y máquinas que siguen en movimiento pero que carecen de lo más importante: la vida y las relaciones humanas. A principios del 2020 era imposible visualizar un mundo con discotecas vacías, aeropuertos y trenes casi desérticos, y centros comerciales colapsados, hoy sabemos que este panorama puede hacerse realidad de la noche a la mañana y es esta certeza la que resulta devastadora.
Entreacto (Entracte) – Anthony Lemaitre (Cortometraje)
¿Cómo te acercaste al séptimo arte? ¿A través de las cintas de VHS de tus papás? ¿Gracias a los DVDs que rentabas en Blockbuster o que comprabas en el puesto de la esquina? ¿En una sala de cine abarrotada con olor a palomitas? ¿En la pantalla de tu computadora, celular o tablet?
Este cortometraje narra, con un humor orgánico y encantador, el primer acercamiento de un adolescente al cine, y destaca el impacto que puede provocar una película en la vida de cualquier persona. Con temor a caer en un lugar común, la historia es puro amor cinéfilo.
JOSEP – Aurel (Largometraje)
Para aquellos que no están relacionados con la obra de Josep Bartolí, quizá esta sea la forma más sutil de acercarse a su carrera. Huyendo del gobierno franquista, Bartolí se refugió en Francia, donde vivió por dos años en siete campos de concentración hasta que logró huir y llegar a México.
La ópera prima de Aurel cuenta las desventuras que Josep Bartolí vivió durante aquella época, en la que el dibujo fungió como una especie de bálsamo para sus heridas y lo mantuvo a flote. Tiempo después, estos dibujos serían rescatados y reunidos por el propio Josep en su libro Campos de concentración (1944), obra que denuncia e ilustra las condiciones inhumanas en las que vivieron los refugiados españoles en territorio francés.
