“For Sama” - Waad Al-Kateab y Edward Watts: El camino hacia la libertad
Nunca antes un documental había sido tan desgarrador como For Sama, una carta de guerra, amor y resiliencia hecha por una mujer valiente, que expone una de las crisis humanitarias más abrumadoras de la historia.

Un humilde y joven vendedor ambulante llamado Mohamed Bouazizi, fue despojado injusta y violentamente de su mercancía por la policía tunecina una mañana del 17 de diciembre del 2010. Ante la desesperación, la humillación y la inoperancia del sistema de justicia de Túnez, el joven decidió inmolarse en forma de protesta enfrente del Palacio de Gobierno. 

Aunque Mohamed Bouazizi no falleció al instante, gracias a la ayuda de las personas que se encontraban en el lugar, las quemaduras cubrieron más del 90% de su cuerpo y terminó falleciendo dos semanas después cerca de la capital de su país, a pesar de que el presidente, Ben Ali, había prometido trasladarlo a un hospital en Francia y ayudarlo con su recuperación. Promesa que por supuesto, no tenía intención alguna de cumplir.  

Este terrible acto de injusticia generó una oleada de manifestaciones que, luego del fallecimiento de Bouazizi, terminarían convirtiéndose en protestas violentas en contra del gobierno opresor y antidemocrático de Ben Ali, quien gobernaba Túnez desde 1987. Luego de que el ejército y la policía tunecina se vieran superadas, Ben Ali dejó su cargo el 14 de enero del 2011 y pidió asilo político en Francia y después en Arabia Saudita. 

“For Sama” - Waad Al-Kateab y Edward Watts: El camino hacia la libertad
(Fotografía: Proceso)

El resto de los países de Medio Oriente siguieron el ejemplo de Túnez y más temprano que tarde salieron a las calles para exigir democracia, trabajo y libertad. A esta serie de manifestaciones entre los años 2010 y 2012 se le conoció como la Primavera Árabe. El movimiento provocó que en países como Egipto, Libia, Jordania, Omán, Yemen y Argelia lograran derrocar gobiernos dictatoriales que llevaban décadas en el poder.

Por desgracia, Siria no corrió con la misma suerte y en su intento por acabar con el mandato de más de cuarenta años de la familia Al Assad, millones de ciudadanos sirios quedaron envueltos en un conflicto de intereses de escala global, en el que Estados Unidos, Rusia, China, Turquía, Francia, Inglaterra y Arabia Saudita se disputan las riquezas de la zona y la importancia de su posición geográfica. 

El camino hacia la libertad

Es en este contexto donde se hace presente el trabajo de Waad Al-Kateab, una joven universitaria que se unió a las protestas pacíficas de Alepo en contra del régimen de Al Assad durante la Primavera Árabe. Desde el inicio del movimiento y al vivir en carne propia la represión del Estado, la joven tomó su cámara y documentó cada segundo de las protestas, con la intención de informar al mundo acerca de la cruda realidad a la que se enfrentaban los 4.6 millones de personas que, en ese entonces, habitaban la capital económica más importante de Siria.

Al estallar la guerra civil, Al-Kateab decidió con valentía y determinación quedarse en Alepo para continuar su pugna por la libertad y la justicia, sin saber que estaba por vivir los episodios más traumáticos y calamitosos de toda su vida y, paradójicamente, también los más felices, románticos y aleccionadores. Sería en Alepo donde vería por primera vez cuerpos de niños destrozados y escucharía bombas y aviones de guerra rusos con la misma cotidianidad con la que nosotros escuchamos los éxitos pop del momento, igualmente, sería en Alepo donde conocería al amor de su vida y donde se convertiría en madre, periodista y documentalista, todo al mismo tiempo.

Pronto se daría cuenta que la mejor arma que tenía a su alcance para enfrentar al régimen era su propia cámara, con la que no sólo expuso la realidad de la lucha a través del lente, sino también colocó en sus manos la gran responsabilidad de darle voz y rostro a las verdaderas víctimas de este conflicto: los niños. Para ello, Al-Kateab llevó a cabo en For Sama lo que muy pocos periodistas y documentalistas se han atrevido a realizar: personificar el verdadero horror de la guerra civil en Siria y presentarlo tal y como es; sin tapujos, sin ataduras y sin ninguna clase de censura. 

Aquí el conflicto no se limita a representaciones ambiguas que la gran mayoría vemos constantemente en televisión. Por el contrario, For Sama es un salvaje acercamiento a la intimidad de esas almas desamparadas que vivieron en edificios derrumbados y ciudades bombardeadas que algunas personas ignoran con brutal indiferencia desde la comodidad de sus hogares. Quizá, es por eso que resulte increíblemente incómodo y revelador ver tan sólo los primeros veinte minutos del largometraje.

La crudeza de sus imágenes se hace presente hasta en los momentos más alegres y esperanzadores, no obstante, se transforma en valiosas muestras de inocencia, amor y bondad humana, cualidades que ni la guerra, en cualquiera de sus formas, es capaz de pulverizar o aniquilar por completo, aún en los niños que no han conocido otro mundo que el del caos, el llanto, la violencia y la sangre, como es el caso de Sama, a quien va dirigido este documental.

“For Sama” - Waad Al-Kateab y Edward Watts: El camino hacia la libertad
(Fotografía: Qantara)

Hablar de los aspectos técnicos de For Sama o de los múltiples premios que ha conseguido alrededor del mundo sería una completa frivolidad, su importancia sobrepasa cualquier fin estético que pueda tener el séptimo arte o cualquier prestigio que pueda otorgar un reconocimiento. Al final, todo esto no vale ni sirve para nada si se siguen perdiendo vidas todos los días por una guerra absurda y tergiversada que parece no tener final. Tan sólo desde el inicio de la guerra civil en 2011, más de diez millones de personas han perdido su hogar y sus pertenencias, cerca de cinco millones viven como refugiados en distintos países y la cantidad de muertos y heridos es incalculable. 

Esta carta de guerra, amor y resiliencia expone una de las crisis humanitarias más pavorosas y minimizadas de la historia. Sirve como fiel testimonio de todas las personas valientes que lucharon hasta la muerte en su búsqueda por la libertad y una mejor vida. Es cierto, For Sama dejará una llaga que nunca volverá a sanar, pero tal vez, sólo así, comenzaremos a actuar. 

Escrito por

Luis Felipe Maceda

Periodista. Escribo sobre cine y música.
Cofundador de Clímax MX.

Twitter: @luisfmaceda
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