¿Estás cansado de escuchar la misma música? No te preocupes, aquí te traemos los mejores discos de febrero. Con música de Black Country, New Road, The Americojones Experience, Beach House y más.
Laurel Hell – Mitski
Después de su exitoso disco, Be The Cowboy (2018), y de poner una pausa en su carrera musical, la artista japonesa-estadounidense, Mitski, estrenó a principios de febrero su sexto álbum de estudio, de la mano del productor Patrick Hyland, quien la ha acompañado ya por varios años.
En este material, la cantautora explora el synth pop con tintes ochenteros burbujeantes y bailables, pero también suaves melodías que brotan de un corazón melancólico. Una producción que remarca el estilo íntimo y humano que siempre ha definido a Mitski.
The Dream – alt-J
En su cuarto LP, alt-J logró sintetizar la fórmula que los convirtió en uno de los proyectos más prometedores al inicio de la década anterior. Ahora, esta combinación extraña de indie rock, folk y electrónica no sólo está revitalizada, también llega a nuevos territorios y dimensiones musicales, y lo mejor, es que pareciera no tener límites.
Raum – Tangerine Dream
Raum se basa en trabajos anteriores del músico fallecido y líder de la banda, Edgar Forese. Los miembros sobrevivientes recabaron material inédito para trabajar sobre las pistas y lograr un sonido espectral, digno de la época de Forese. Es un disco que se puede escuchar cuando las cosas no están bien; para escuchar en el mundo en el que vivimos, donde la música y los sintetizadores son la clave para sobrellevar un trago amargo.
Every Moment, Everything You Need – Deserta
Matt Doty, mejor conocido como Deserta, estrenó en febrero su tercer material discográfico, el cual es fruto de su trabajo durante la cuarentena y de su colaboración con el productor Chris Coady, quien ha trabajado con Beach House. El disco dibuja un cuadro de cansancio y frustración que conlleva el encierro y explora géneros como el dream pop, synth pop y shoegaze.
Pompeii – Cate Le Bon
Grabado durante la primera ola de la pandemia, Pompeii es una explosión contenida de art pop, pop barroco y psicodelia, claramente influenciado por el city pop japonés. Además de ser un álbum sólido y consistente, como lo ha sido toda la carrera de Cate Le Bon, también continúa con el crecimiento artístico de la cantante y compositora galesa, quien es capaz de desafiarse a sí misma y a sus oyentes con discos cada vez más complejos y disonantes.
One Twice Melody – Beach House
El dúo de Baltimore, integrado por Victoria Legrand y Alex Scally, una vez más sorprende con un disco especialmente largo, promocionado en cuatro partes que desembocan en uno de los trabajos más emblemáticos de la banda. One Twice Melody es un viaje que comienza bajo el sol de verano, donde todo es felicidad y naturaleza, y termina llegando a la oscuridad, donde el universo sigue su camino. Los géneros musicales que exploran esta vez son una mezcla de shoegaze con rock psicodélico y rock espacial.
Animal del demonio – The Americojones Experience
La escena musical de la Ciudad de México está explorando un sonido urbano. Un sonido encapsulado, representado por varias bandas mexicanas entrelazadas entre sí, que emanan diversas ondas sonoras en el jam. En este contexto nace Animal del demonio, un disco bastante íntimo, pero no silencioso, producido en Progreso Nacional por Hugo Quezada, quien ha trabajado con proyectos como El Shirota, Diles que no me maten y Sei Still.
Sin duda, el crecimiento de la banda en su segundo álbum es evidente, y se refleja en cada canción cargada de emociones lúgubres en busca de placer. En pocas palabras, es una oda a la muerte que juega con las sustancias, las calles, el azar y el sexo.
Ants From Up There – Black Country, New Road
No cabe duda que la evolución de Black Country, New Road ha sido increíble. Tan sólo hace un año, estrenaron su disco debut titulado For the First Time, en el que escuchamos una combinación perfectamente equilibrada de jazz con post-rock y post-punk.
Ahora, en su segundo material de larga duración, Ants From Up There, dieron un salto a lo desconocido para llenar de caos sus composiciones e incorporar nuevos elementos a su paleta musical, lo que dio como resultado un disco disruptivo y experimental; un disco que seguramente perdurará a través del tiempo y se convertirá en un clásico de esta década.