Una entrevista con Myriam Bravo, protagonista de «Nudo Mixteco»
Myriam Bravo ha sido parte fundamental en los proyectos de la directora mexicana Ángeles Cruz. Una carrera incontable. En su más reciente cinta, Nudo Mixteco, que llegó a la 71 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, aborda temas controversiales. 

El debut cinematográfico de Ángeles Cruz con Nudo Mixteco (2020), ha tenido una repercusión importante en el ecosistema del cine nacional e internacional, su recorrido comenzó en el Festival Internacional de Cine de Miami y ahora ha pasado por más de 40 festivales en los que ha obtenido 12 premios y tres menciones especiales. Sin duda, en el ámbito nacional, destaca su participación en el Festival Internacional de Cine de Morelia y el FICUNAM

El cine, como todos los ámbitos profesionales y personales de la vida, está lleno de interacciones humanas, donde se mezcla la naturaleza y el tiempo, desembocando en un sentimiento de compañerismo y amistad con personas que realmente sienten la misma pasión por algo. La relación laboral de Ángeles Cruz con su equipo de trabajo repercute en una simbiosis entre lo profesional y la amistad, Myriam Bravo me comenta lo siguiente: 

«Hice mi primera película, Espiral (2007), con el director oaxaqueño Jorge Pérez Solano, ahí tuve el gusto de conocer a Ángeles Cruz y Noé Hernández. Desde ese momento, se hizo una complicidad y nos gustó mucho trabajar juntos. Posteriormente, cuando Ángeles escribió su primer cortometraje junto con María Renée Prudencio, llamado La tiricia o cómo curar la tristeza (2011), nos invitó a Noé, Sonia Couoh y a mí a visitar su comunidad. Primero fuimos a conocerla y después a leer el guion, estableciendo el ritmo de la comunidad y conociendo a sus integrantes; fue una manera muy amorosa de hacer cine en comunidad. Después, se filmó La carta (2015) y Arcángel (2018), y así, trabajando Noé, Sonia y yo en los proyectos de Ángeles, nos hemos involucrado mucho con la comunidad de Villa Guadalupe Victoria, sede principal de los proyectos.»

En su opera prima, Ángeles Cruz expone temas muy controversiales, como el abuso infantil, el machismo en el núcleo familiar y las consecuencias que genera una sociedad descompuesta desde adentro. Respecto a la selección del casting Myriam Bravo me explica: «Para participar en Nudo Mixteco nosotros hicimos todo el proceso necesario. Hicimos casting para cada uno de los personajes y una vez que Ángeles eligió a sus protagonistas, la acompañamos a hacer una selección con los actores y actrices de su comunidad. Siempre hacemos un trabajo en conjunto, considero que somos una gran familia, siempre con mucho respeto al trabajo que hacemos. Por supuesto, sin confiarnos de la amistad que ya tenemos, buscamos ser un equipo muy profesional en la parte que nos corresponde a cada quién.»

El cine de Ángeles Cruz parte desde sus raíces e involucra a su comunidad como parte del cast, es muy interesante que desde su comienzo como directora retome su origen y no lo haga con una carrera establecida detrás de la cámara, como fue el caso de Agnès Varda con Daguerréotypes (1976) o Paolo Sorrentino en La mano de Dios (2021), películas en las que los directores vuelven a su lugar de origen retratando pasajes de su vida.

A primera vista, Nudo Mixteco sigue la continuidad de los cortometrajes iniciales de Ángeles, pero evoluciona la síntesis de su mensaje para llevarlo a gran escala. «Yo considero que Ángeles es una excelente actriz, partiendo de ese punto, lo mismo pasó una vez que ella tomó la batuta detrás de cámaras, por ejemplo, creo que es muy disciplinada, no se confía, se rodea de gente valiosa e involucra a todo su equipo de trabajo; al punto de que cuando llegamos al set tenemos la certeza de lo que vamos a hacer. Tiene su propio método para trabajar con actrices y actores profesionales, y combinarlos con actores naturales, conociendo cada herramienta de su personal y explotando cada una de ellas. Desde el primer día, Ángeles ha sido muy generosa en el set y escucha a la gente, a mí me encanta como la gente de su comunidad tiene una gran confianza en ella y, evidentemente, pide cosas que ya conoce de ellos.»

El rigor actoral siempre es importante en cualquier producción cinematográfica de ficción. Y, por supuesto, Myriam Bravo transmite su preparación actoral en Nudo Mixteco. «A partir de conocer el personaje de Toña, fue un proceso gozoso y doloroso a la vez, porque uno piensa que Toña es una mujer que viene de una comunidad indígena que ha migrado a la Ciudad de México por las razones que cada espectador pueda considerar, esta hablando de mujeres universales con problemas universales. Yo soy de la Ciudad de México y crecí con una violencia sistematizada de la cual no podíamos hablar. Una cultura donde se piensa que la que provoca la violencia es una misma, y eso es parte de lo que descubrí al crear al personaje de Toña, encontrando las similitudes que tenía con ella.»

¿Cómo reacciona la comunidad de Ángeles ante temas controversiales tocados en la narrativa? Myriam responde directamente: «Cuando se hizo La tiricia o cómo curar la tristeza, la comunidad no conocía todo el guion, solo tenía una referencia general, y para poder filmar, Ángeles tuvo que pedir un permiso a la Asamblea, máxima autoridad de la comunidad. Posteriormente, cuando se presentó el cortometraje ya ensamblado ante la comunidad, la gente se quedó en total silencio, entonces Ángeles pensó que la iban a exiliar de su pueblo, sin embargo, la gente comenzó una reflexión a partir del tema. El cine cumplió su objetivo con el poder que tiene de llegar a una reflexión, al ver Nudo Mixteco la comunidad entabla una reflexión grupal, cambiando muchos usos y costumbres que culturalmente se consideran como buenos y, desde luego, ya no está bien que decidamos sobre la vida de una mujer.»

Le pregunto acerca de la evolución del cine mexicano con nuevas voces y contesta con un mensaje contundente, con cierto hermetismo: «las mujeres han hecho cine desde hace tiempo, tenemos realizadoras indígenas que tienen más de diez años realizando trabajos y que en realidad apenas se les está dando foco, y ahí es donde tenemos que trabajar generando más espacios para que el suelo se vuelva más parejo. Es importante escuchar otros discursos y narrativas. Yo celebro que el IMCINE impulse convocatorias para el cine realizado por mujeres, la mayoría que aplican para estos fondos siguen siendo hombres, por eso es bueno que existan estos espacios para que se vuelva equitativo y en un futuro no tengamos que hacer esta segregación entre el cine femenino y masculino. Que sea cine, sólo cine.»

Entonces, ¿cuál es el futuro del cine de Ángeles Cruz? «Ya hicimos un pacto familiar, (con una sonrisa en su rostro), por ejemplo, en Arcángel no estamos todos a cuadro, pero estamos involucrados en la producción. Actualmente, se está preparando el segundo largometraje de Ángeles Cruz llamado Valentina o la serenidad, que se filmará este año, en el que estaremos involucrados y también se grabará en su comunidad, llevando a la mayoría del equipo creativo que la ha acompañado todos estos años.»

Myriam está convencida de que Nudo Mixteco trascenderá rompiendo fronteras sociales. «No queremos que esta película se quede sólo en el circuito cultural y comercial, se está programando una gira por distintas comunidades de Oaxaca, Guerrero y zonas donde no hay un cine como tal, por lo tanto, se llevará todo el artefacto para disfrutar de la cinta. Nos importa mucho que la gente se vea y se sienta reflejada frente a una pantalla y que juntos podamos reflexionar sobre estos temas en los que debemos poner atención.»

Empezar a reescribir la historia desde nuevas narrativas es importante para evolucionar en comunidad, por supuesto, el cine es un medio por el cual se esculpe el tiempo y se transforma, poniendo el dedo sobre temas que nadie quiere hablar. Siempre es importante tener una mirada transgresora y el cine de Ángeles Cruz cumple con denunciar temas importantes que parece que nadie quiere voltear a ver. 

Escrito por

Ricardo Hernández

Melómano por naturaleza. El cine es mejor que la vida, eso dicen...