Por: Elizabeth Salinas y Diana Gasca
Tal vez, una de las muchas cosas difíciles de la vida es decir adiós, y más cuando se mira en retrospectiva todo lo que se ha construido a lo largo de más de diez años a base de talento, esfuerzo y muchas ganas de sobresalir en la industria musical. Y si hay alguien que sabe muy bien esto, es la banda ecuatoriana Sexores, quienes la noche del jueves pasado, presentaron su último show por un tiempo indefinido al sur de la ciudad de México en el Salón NO.
En poco más de cuarenta minutos, la agrupación liderada por Emilia Bahamonde y David Yépez, hipnotizó a su público tocando canciones de su variada discografía, en las que resaltaron canciones como «Sasebo», «Volantia», «Underneath» y «Berlin», logrando así un show final muy íntimo en el que dejaron al espectador con ganas de más.
Los instrumentos, la voz de Emilia Bahamonde y el juego de luces crearon una atmósfera onírica que acompañó el repaso que Sexores hizo de su trayectoría. Al final, el eco del público hizo que los músicos volvieran para una última canción, y el espectáculo finalizó con la voz de Emilia, quien agradeció a los asistentes, con el corazón en la mano, por todo el apoyo a la agrupación a través de los años.
A lo largo de una década, con cuatro discos de larga duración, uno de corta extensión y un compilado de reversiones de su discografía tocado por diferentes artistas iberoamericanos, los ecuatorianos se consolidaron como una de las formaciones más estables del circuito latinoamericano y gracias a ello recorrieron distintos lugares del globo terráqueo.
Si bien, las despedidas son tristes, sabemos que siempre habrá algo que vendrá después y esperamos, en el caso de Sexores, que sea más música cargada de muchos sintetizadores y guitarras que erizan la piel.
