La película The Irishman del afamado director Martin Scorsese nos lleva por las calles de norteamérica a mediados del siglo pasado para contarnos la historia de Frank Sheeran, un irlandés que a base de trabajo sucio para los capos de la mafia italiana asciende hasta las cúpulas más altas de estas, hasta convertirse en uno de los mejores amigos de Russell Bufalino, jefe de la familia criminal Bufalino y, al mismo tiempo, de Jimmy Hoffa, el líder sindical más poderoso del siglo XX. Frank desarrolla lealtad hacia ambos hasta que tiene que tomar una decisión que cambiará su vida para siempre.
The Irishman tiene el sello inconfundible de Scorsese, un sello que quedó grabado para siempre en el espectador con cintas como Taxi Driver, donde nos envuelve en la personalidad de Travis Bickle (Robert De Niro) hasta llevarlo al momento cumbre de su vida. The Irishman, nos lleva a reflexionar si es una película más del montón de grandes capos de la mafia italiana o es algo innovador que nos llevará por las calles del descubrimiento personal. También es inevitable no pensar en otras películas de Martin Scorsese que están relacionadas con el crimen organizado en Estados Unidos durante el siglo XX, por ejemplo; Mean Streets, Goodfellas y Casino.
Los actores que sostienen este proyecto, son, por supuesto, los favoritos y amados por convicción de Martin Scorsese: Robert De Niro con su personaje principal Frank Sheeran, el siempre confiable Joe Pesci interpretando al jefe de la mafia italiana Russell Bufalino y el nuevo entre las filas del acervo cinematográfico de Martin Scorsese, Al Pacino, pero se siente como uno más de la familia, ya que su interpretación en The Godfather y Scarface le dan las credenciales necesarias para participar con total naturalidad en estas cintas.
Hablar de cada uno de los personajes de esta película es un deleite, ya que por la duración de la misma nos muestran detalladamente la personalidad de cada uno y muy pocas obras logran transmitir tanto al espectador. Sin duda, el clímax de la película deja al público impactado y una vez más Scorsese da cátedra de porque es un experto en narrar este tipo de historias.
El líder de la mafia y el líder del sindicato se cruzan en sus caminos, en un ambiente de incertidumbre por los nuevos cambios que azotaron en los Estados Unidos en los años 50s y 60s, esta sociedad traerá grandes beneficios para cada integrante, pero cuando a uno de ellos ya no le conviene dicha sociedad, tendrán que poner mano dura para salir beneficiados.
Una de las cosas que más resalta de la cinta es la técnica de rejuvenecimiento digital con la que fue implementada la edad de los actores según lo requiriera la trama, esto nos permite ver flashbacks de la vida de los personajes en diferentes etapas de su vida. La película es narrada en gran medida por dos flashbacks, donde Frank nos narra el relato de su vida, un relato que tiene como eje principal un viaje importante que hacen Sheeran y Bufalino que después se convierte en el segundo tiempo presente de la película donde se van a desprender otros flashbacks en distintas épocas de la vida de los personajes.
Es cierto, la estructura de The Irishman es compleja, pero en ningún momento llega al grado de ser confusa, ya que a cada época corresponde una distinta saturación de color desde muy intensa hasta deslavada en palabras del fotógrafo de la película, Rodrigo Prieto. Aunque el filme tiene todo el estilo inigualable de Martin Scorsese, curiosamente, también se aleja de sus características escenas dinámicas y angulos extravagantes pues en The Irishman las tomas son particularmente reposadas y hay un énfasis en la soledad que vive nuestro personaje principal.
Robert De Niro nos muestra a través de gestos y reacciones la amargura y el dolor que le causa a Frank Sheeran traicionar a sus amigos por seguir órdenes pero, sobre todo, la relación de Frank con su hija Peggy, esa hija que observa conmocionada en lo que se ha convertido su padre y esto traza la actitud de Frank durante todo el filme; esa actitud de tristeza y vacío emocional.
En cuanto a Joe Pesci, que en películas anteriores de Scorsese lo hemos visto como una máquina de matar, aquí lo vemos de manera tranquila y amigable, con su mirada y su sonrisa basta para congelar a la persona que tiene enfrente. Por otra parte, Al Pacino, nos muestra porqué llegó a decir que Jimmy Hoffa era equiparable a The Beatles y Elvis Presley, en cuanto a popularidad entre las masas, una muestra de cómo es la avaricia de un ser humano que no se cansa de obtener sus objetivos, aun sin importar el costo.
La película nos regala un toque de gracia al burlarse de las minorías que existen en Estados Unidos, en especial, enfoca su burla a los italoamericanos, al dar a entender que todos son iguales, por ejemplo: al todos llamarse “Tony” o que en su gran mayoría de ellos están ligados a la mafia de una u otra manera.
Este largometraje está basado en el libro Heard You Paint Houses: Frank “The Irishman” Sheeran and Closing the Case on Jimmy Hoffa, escrito por Charles Brandt. El titulo del libro proviene de un diálogo muy particular que Sheeran tuvo con Hoffa la primera vez que hablaron por teléfono: “Me dijeron que pintabas casas”, según Sheeran, esa frase era un código que en el mundo de la mafia significaba que era alguien que estaba dispuesto a matar por encargo, en ese sentido, “pintar casas” era un eufemismo que surgía del charco sangre que quedaba en una vivienda luego de que la víctima fuera acribillada.
La versión de la película y el libro van entrelazados con la narrativa que Scorsese nos quiere transmitir de una manera muy clara a través de la pluma del guionista Steven Zaillian, el filme se concentra en la figura gris y a la vez trágica de Frank Sheeran, mientras que el libro hace un trazo muy detallado del mapa sociopolítico de esos años.
Esta película fue financiada por la plataforma de streaming Netflix, debido a que las grandes productoras estadounidenses se negaron a darle luz verde a este proyecto tal y como lo quería Martin Scorsese, algunas de las problemáticas que podemos encontrar en esta alianza es que tiene poca difusión en cines a nivel mundial, pero el director está más que complacido con esta unión porque le dieron libertad creativa total para contarnos esta historia, el ejemplo claro lo podemos ver en su duración con 3h 30m y sus 140 millones de dólares de inversión que la respaldan.
Netflix, cada día se supera a sí mismo en cuanto a proyectos nuevos que nadie quiere financiar y que, al final, terminan siendo un éxito en la mayoría de los casos, tanto a nivel financiero como a nivel popular.