La transposición de Roald Dahl: Entre la convergencia literaria y cinematográfica
El fenómeno de la transposición siempre ha sido controvertido, libro vs. película, perspectiva del autor de la obra vs. visión del director de la cinta. Una polémica que tiene años discutiéndose y parece no acabar.

El cine en su acepción de arte siempre se ha visto obligado a beber de diversas disciplinas. Como por ejemplo, la literatura. Siendo esta su principal fuente de influencia, no es un hecho ajeno que una y otra se retroalimenten, y que además, una sirva como punto de creación para la otra. De hecho, las adaptaciones de relatos cortos, cuentos y novelas, son una constante en el mundo del séptimo arte. En el rubro referente a la audiencia infantil, el autor más popular y que más transposiciones cinematográficas tiene, quizá sea: Roald Dahl.

El escritor británico (nacido en Gales en 1913), le aportó a la literatura infantil cerca de 17 títulos, y cuando menos, una tercera parte de su obra ha sido llevada a la gran pantalla con amplia aceptación de la audiencia a nivel mundial. The Gremlins (1943), James and the Giant Peach (1961), Charlie and the Chocolate Factory (1964), Fantastic Mr. Fox (1970), The BFG (1982), The Witches (1983) y Matilda (1988), son sólo algunas de las historias que han sido traducidas a 58 idiomas y que han formado parte de la vida de más de 200 millones de personas.

Irónicamente, quien dedicó su vida a darle alegría a muchos niños, tuvo una existencia un tanto difícil. Cuando Dahl tenía tres años, Astri, quien fuera su hermana mayor, falleció por apendicitis. Aunque esta no fue la única perdida del futuro escritor, pues su padre Harald, moriría después a causa de neumonía. Y durante su vida adulta, al procrear cinco vástagos con la actriz norteamericana Patricia Neal, perdió a su hija Olivia. Producto de un cuadro de encefalitis.

La transposición de Roald Dahl: Entre la convergencia literaria y cinematográfica
Roald Dahl con su esposa Patricia Neal y sus tres hijos. (Fotografía: Keystone/Getty Images)

En cuanto al fenómeno de la transposición de los libros del galés, es prudente mencionar que la prosa del británico es brillante por donde se le mire. Así que, los guionistas no necesitaban (o necesitan) modificar o retocar mucho lo ya hecho por el cuentista. Eso nos habla de que, el hilo narrativo, el desarrollo de personajes y la cadencia de sus relatos, tienen gran uniformidad. Sus textos pasan íntegramente del libro a la pantalla. Si se revisa a detalle algún ejemplo, podemos cerciorarnos de que escrito e imágenes son iguales en todo momento, y los cortes u omisiones para lograr las adaptaciones favorablemente, son nulos.

El estilo narrativo y descriptivo del también autor de My Uncle Oswald (1979), siempre ha tenido ese carácter cinematográfico. Porque todos y cada uno de los elementos con los que construye los mundos que nos presenta, están retratados de manera atenta, minuciosa y fantástica, pero sin rayar en lo inverosímil dentro de su mundo. En sus escenas o secuencias, no hay personajes, acciones, ni diálogos gratuitos que sirvan de relleno, sino por el contrario, se aprovecha de cada instante para edificar historias redondas y bien amalgamadas, que nos dejen ver intenciones, deseos, motivaciones, perfiles psicológicos, etc., etc. Eso es lo que permite que, pese a las adaptaciones tan dispares que hay en el mundo del celuloide, su aire inmaculado y característico se conserve. Roald Dahl, tiene un sello indiscutiblemente.

Toda su estética literaria no es gratuita. En su vida personal, los hechos que vivió forjaron y alimentaron su gran imaginación. Explorador, piloto aviador militar, diplomático y hasta fungió como oficial de inteligencia británica. Una vez acumuladas toda una serie de calamidades y aventuras, Roald dio el paso definitivo y final a la literatura. Sitio del cual, afortunadamente ya no se movió.

La transposición de Roald Dahl: Entre la convergencia literaria y cinematográfica
Roald Dahl (Fotografía: Ronald Dumont)

Por otra parte, si bien en vida el novelista nunca quedó completamente satisfecho con las adaptaciones fílmicas de sus obras, por los cambios o licencias poéticas que se tomaban estudios, guionistas y directores, hay algunas transposiciones que vale la pena enlistar y revisar.

Existen cintas que, en mayor o menor medida han captado la esencia de los libros de Dahl. Lo macabro, humorístico, heroico y desde luego lo fantástico, se funden en un tono homogéneo. Y nos abren una ventana a la mente del autor infantil más grande, popular y leído de todos los tiempos.

Por último, pero no menos importante, si algo ha permitido que las transposiciones cinematográficas sean exitosas en su sentido convergente entre libro y cinta, es la extensión de los títulos. Al ser obras medianamente pequeñas, no existe problema en llevar al pie de la letra toda la prosa a imágenes en movimiento. Aunque es preciso mencionar que, en algunos casos, esto no sucede así. Porque las escenas más «controvertidas» han sido cambiadas por pensar al público a quien se dirige, más que por otro tipo de índole. Edulcorando, entonces, gratuitamente las historias.

Adaptaciones memorables de la obra de Roald Dahl

5. Fantastic Mr. Fox (2009)

Dir. Wes Anderson

4. James and the Giant Peach (1996)

Dir. Henry Selick

3. The Witches (1990)

Dir. Nicolas Roeg

2. Matilda (1996)

Dir. Danny DeVito

1. Willy Wonka & the Chocolate Factory (1971)

Dir. Mel Stuart

Escrito por

Gerardo Senna

Crítico de cine. Egresado de la Licenciatura en Comunicación por parte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fundador del portal digital «Ensayo Cinematográfico». Adicionalmente, escribe para el sitio web, «Fotogenia».

En el mundo del cine, dentro de las entrevistas que ha realizado, destacan las hechas a Fernando Frías de la Parra, director de cine mexicano (autor de «Ya no estoy aquí», 2019), Sergio Huidobro, periodista y jurado de France 4 Revelation de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes en 2014, y a Alonso Díaz de la Vega, primer crítico cinematográfico mexicano seleccionado por Berlinale Talents. Cofundador de Butaca Ancha.

Twitter: @gerardosenna