«Anomalisa» - Charlie Kaufman y Duke Johnson La animación y la madurez

Quien siga pensando que las películas animadas únicamente son para niños, comedias tontas o películas sin un mensaje, no podría estar más equivocado.

Dirigida por Charlie Kaufman y Duke Johnson, Anomalisa cuenta la historia de Michael Stone: el escritor motivacional y experto en servicio al cliente más exitoso de Estados Unidos. Pasando una noche en Cincinnati, Ohio, Michael conoce a la primera persona en su vida que se ve única para todos los que lo rodean: una joven llamada Lisa. Con amor al escuchar su voz, Michael comienza a intimar con esta persona que acaba de conocer, y pronto comenzará a tener más preguntas que respuestas sobre su propósito en la vida. Michael hará cualquier cosa para evitar que su especial «Anomalisa» se convierta en otra de las «caras normales».

Me gustaría comenzar diciendo que el reparto de voces es espectacular. Únicamente hay tres actores para varios personajes que vamos conociendo en la historia. David Thewlis, Jennifer Jason Leigh y Tom Noonan dan vida a estos personajes. A quien hay que aplaudir y reconocer su excelente labor es a Jennifer Jason Leigh. Ella es la única voz femenina que podemos apreciar en la película, y con todo lo que el reparto de voces significa, hace que nosotros como espectadores —y el propio Michael Stone— nos sintamos atraídos. No sabemos por qué, pero al igual que Michael, nos vemos inmersos en un mundo tan monótono que, al escuchar una voz diferente, quedamos hipnotizados ante la posibilidad de estar frente a esa persona que nos hace falta. Esa persona que podría ayudarnos a salir de nuestra vida mundana.

Anomalisa es una película escrita por Charlie Kaufman y se nota. Charlie Kaufman es reconocido por escribir el guion de Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos, una película que, personalmente, disfruto mucho. Kaufman también es reconocido porque en sus películas suele tocar temas muy maduros y que suelen invitar a la reflexión en el espectador. Anomalisa no es la excepción. 

Con una animación stop-motion y una duración de apenas una hora y media, Kaufman explora los temas de la soledad, la vida monótona, y el cómo una sola persona puede hacer la diferencia. Si me preguntan a mí —y con mi poca o mucha experiencia viendo películas—, Anomalisa es de esas cintas que mejor toca estos temas. Sin ser demasiado cruda, es lo suficientemente real y concisa en su tesis que se vuelve una película igual de profunda como disfrutable.

La animación, a pesar de ser stop-motion, se siente muy peculiar. Por lo menos yo no recuerdo haber visto una película con un diseño de personajes tan específico y distintivo. Personajes con rasgos físicos tan característicos que por momentos pueden ser de utilidad en la propia historia de la película. Bellísimo.

La película prácticamente transcurre en un fin de semana, y el uso de la cámara es muy bueno, pues siempre estamos acompañando a Michael en su vida. Desde que llega a la ciudad, hasta que regresa a su hogar. Una película en la que te sientes —si no identificado— conectado de una u otra manera con el protagonista; pues como ya comenté anteriormente, el personaje no es un patán ni es desagradable. Es un personaje como tú o como yo, que tiene sus problemas y mira la vida de una manera en la que muchos la hemos visto.

Ahora bien, la película tiene un pequeño problema (o por lo menos es algo que no me convenció del todo). Durante gran parte de la película, logramos sentir empatía por Michael (por todo lo que ya comenté), pero no es hasta un punto climático de la cinta (que resulta ser un sueño) en donde todo cambia. La escritura deja de ser algo simple pero con trasfondo, para verse más como una especie de situaciones tristes y alocadas en las que, por lo menos yo, me vi descolocado. Es como si todo lo que había presenciado se hubiera desvanecido.

«Anomalisa» - Charlie Kaufman y Duke Johnson La animación y la madurez
(Foto: El País)

Por supuesto que esto no tumba el peliculón que Anomalisa es, pero es cierto que le resta un poco de «credibilidad» a la historia y al protagonista. Por otro lado, el final me encantó. Es un final crudo, pero más real que la otra cara de la moneda de lo que pudo haber pasado.

En conclusión, Anomalisa es una película real, reflexiva y que se aleja de los estándares de una película animada. Una cinta que por momentos falla en su ejecución, pero, al mismo tiempo, es una clase de escritura inteligente. Con un reparto de voces excelente, y una tesis que más de alguno ha experimentado.