Entrevista - Gabriel Mariño, director de «Ayer Maravilla Fui»: La intermitencia física del querer

Gabriel Mariño estrenó en 2017 su segunda película en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde fue reconocida como el Mejor Primer o Segundo Largometraje, en 2018 fue parte del 38 Foro Internacional de la Cineteca Nacional, y hasta hoy logra ver la luz en la cartelera comercial. En Clímax MX platicamos con él sobre su fábula de soledad y amor en una Ciudad de México (CDMX) sin colores. 

1.- Desde que uno se encuentra con el nombre Ayer Maravilla Fui se plantea cierta curiosidad que ronda entre algo ambiguo y misterioso, para entenderla un poco ¿puedes contarnos de qué va la premisa de la película?, ¿cómo es que se te ocurre la incorporación de elementos de fantasía/ciencia ficción?  

Es una película que, sobre todo, trata de responder o elaborar cuestionamientos sobre si es posible enamorarnos de la esencia de una persona sin importar su género, su edad o su cuerpo, esta es básicamente la idea detrás del proyecto. Hace muchos años había leído una entrevista de Liv Ullmann donde le preguntaban que si pudiera ser hombre por un día qué es lo que haría, y ella respondió «yo correría hacer el amor», entonces esto se me hizo muy interesante y como que disparó muchas reflexiones en mí, incluso ciertas dudas.  

También siempre he sido muy cinéfilo, hay películas, como La invasión de los usurpadores de cuerpos (1978), que me gustaban mucho y que me daban una sensación muy sugerente de la idea de cambiar de cuerpo, y muchas de estas influencias e inspiraciones se fueron juntando y germinaron en la película.

2.- A partir de estos pensamientos que te fueron llegando, aparentemente un poco separados entre sí, ¿cuál fue la manera en que les diste forma y los trabajaste para consolidar un guion? 

En realidad no hubo un guion formal, pero yo escribí un argumento/tratamiento como de 15 páginas que fue con el que trabajamos, y es que la idea del cambio de cuerpos es algo que ya se ha hecho mucho, en ese sentido no es que sea original. En varias de las películas que se han hecho [con esta trama] el personaje que cambia de cuerpo está enamorado/enamorada de alguien normal.  

Lo que pasa es que actualmente se han hecho muchas de comedia y son de tramas más ligeras y casuales, como la de la madre que parece ser perfecta y cambia de cuerpo con su hija adolescente, o la de los amigos donde uno es súper mujeriego y alocado y el otro es más nerd y aburrido. Al final de estas todos son felices. 

Entonces aquí la diferencia es el tono, que se aleja de la comedia, donde traté de adentrarme más en esta situación [romántica], por eso me parece que la ciencia ficción y la fantasía son muy interesantes porque ayudan a plantear una realidad improbable, y dentro de esta se puede ahondar en las preguntas que uno quiere hacer sobre la condición humana, a través de tus personajes o la historia en sí, pero hacerlo de forma seria, que haya donde rascar.

3.- ¿Dónde o cómo apareció la dimensión filosófica de la trama? 

Yo me ponía en los pies de este «ente» cambiador de cuerpos y entonces me decía que después de tantos años y experimentar tantas cosas en diferentes cuerpos, te vas alejando de la sociedad y volviendo cada vez más solitario, porque no puedes tener una vida «normal» y acceder a relaciones interpersonales «normales».  

Los trabajos tienen que ser cada vez más sencillos, y demás cosas que te van obligando a vivir contigo mismo, a reflexionar, estar solo con tus pensamientos, a ponderar mucho lo que significa existir, vivir el día a día con la cotidianidad, y la soledad, etcétera. De ahí iba surgiendo esta parte de darle una dimensión trágica y melancólica al personaje. 

Por otro lado, los diálogos más elaborados fueron para evitar personajes planos y que tuvieran algo de profundidad, en el caso del interés romántico del ente, era para que también supiéramos quién es esta chica, que también tiene su vida propia y sus problemas, sobre su extrañeza, y como todo esto hace que pueda fijarse en alguien tan fuera de lo común.

4.- Hablando ya de la forma fílmica de tu película, hay un par de cosas que me llaman la atención, primero ¿por qué la decisión de filmarla en blanco y negro?

El blanco y negro es una forma muy metida dentro de nuestro ADN visual y lo aceptamos como real, es decir, estamos acostumbrados a ver imágenes en blanco y negro y sabemos que ocurrieron, que pasaron, como en el periódico o las fotos viejas de los abuelos. Sin embargo, es real y al mismo tiempo contiene un «algo» evocativo, un tono onírico o quizás nostálgico, como la misma película lo es, porque tiene tintes fantásticos pero al mismo tiempo ocurre en plena Ciudad de México en 2017, esto es parte de un balance de lo narrativo y lo visual. 

En blanco y negro igual se aprecian muchísimo los detalles de las cosas, las texturas de pronto explotan, si fuera a color los tonos inundan el ojo y te distraen, si pones esa misma imagen en blanco y negro te das cuenta de detalles que los colores tapan, como la textura de la piel, el cabello, las arrugas, etcétera, que es algo que se ve mucho con la dinámica de los personajes en ciertos momentos. 

Es también parte de mi cinefilia, parte de estos elementos eran como un homenaje al cine de Serie B, incluso el poster también lo refleja, y creo que simplemente es una revaloración personal de mí hacia ese cine.

Entrevista - Gabriel Mariño, director de «Ayer Maravilla Fui»: La intermitencia física del querer

5.- Lo otro es ver una serie de escenarios urbanos que se salen de lo acostumbrado en el cine mexicano actual: tomas en calles con mucho concreto y graffitis, un local algo antaño, una casa como de vecindad, ¿cuáles fueron las decisiones para dirigir el lente?     

Lo primero es que muchas de estas calles son del barrio de mis papás, donde yo fui creciendo, por ejemplo, la estética donde sucede parte de la historia es donde mi mamá va a cortarse el cabello, en la colonia Sinatel (sur de la CDMX), los puentes peatonales y los pasos a desnivel son cerca de la Portales, etcétera.  

Son barrios que yo conozco, que caminé, donde viví, que pasaba por ahí para ir al CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica), y ubicaba muy bien sus esquinas, los detalles que sentía que sólo veía yo. Supongo que eso hacemos todos en los barrios donde uno vive, y me parecía muy padre poder ponerlo dentro de una de mis películas. 

Lo que vemos en el centro son la casa y las calles donde vivía el fotógrafo de la película (Iván Hernández), en República de Cuba, y sentíamos que esto le iba a otorgar una especie de tono íntimo a la película, una dinámica diferente a que si hubiéramos contratado a un gerente de locaciones. De hecho lo hicimos, trabajamos con alguien que nos ayudaba en esta área, y al final terminaron siendo locaciones que el fotógrafo y yo encontramos, porque eran algo de un sello mucho más personal. 

La verdad es que yo le encuentro mucha belleza a la CDMX, no solamente en lugares claramente bellos como la Condesa, Santa María la Ribera, Coyoacán, Polanco o San Ángel, para mí también tiene mucho atractivo visual rumbos como el paradero de Pantitlán o el cruce de metro Oceanía, donde filmamos escenas.  

Lo que quiero decir es que yo les encuentro algo bonito, pero eso no quiere decir que todo el mundo tenga que encontrarles lo interesante, pero yo quería incluirlos en la historia de tal manera que quizá pudieran apreciarse como son, con mucho concreto, metal, deterioro, que pueden parecer feos, pero yo les veía algo y quería que estuvieran ahí.

Entrevista - Gabriel Mariño, director de «Ayer Maravilla Fui»: La intermitencia física del querer

6.- Algo que no pasa desapercibido son los props de donde vive nuestro ente protagonista, ¿de dónde salen las fotos Kodachrome que parece atesorar?, ¿qué representan los muñequitos de cerillos?

Lo que nosotros habíamos construido con los actores dentro de la historia es que estas fotos son el último recordatorio de su cuerpo original o de su vida antes de tener esta especie de maldición. Era una idea de que tal vez este personaje había tomado las fotos, pero no sabemos bien quién es, si es un hombre, o la mujer que vemos. Y al ser diapositivas viejitas transmiten una nostalgia del tiempo pasado, de recuerdos aún tangibles. 

Las figuritas de cerillos son como un guiño de que este personaje de alguna manera exteriorizaba todos los cuerpos que iba teniendo, de una obsesión en generar figuras humanoides, como una queja física de su condición cambiante, en cierta manera, un lamento.

 

7.- Hablando de los actores, presentas un cast interesante, primero vemos a Rubén Cristiany (el adulto mayor), luego a Sonia Franco y Siouzana Melikian, que comparten más tiempo en pantalla, y finalmente a Hoze Meléndez, ¿cómo llegaste a ellos para la película?, ¿cuál fue tu trato con Sonia y Siouzana en las escenas íntimas que realizan para crear química y no caer en el morbo o cliché? 

En realidad yo fui quien llegó con ellos. Siouzana se incorporó desde el principio del proceso porque ella es productora asociada de la película, ya que ayudó a conseguir medios para firmarla. A Sonia ya la había visto en teatro y desde el primer momento quería trabajar con ella, su rostro, su voz, su físico, todo su ser, me encantaba y me parecía que era perfecta para este personaje cambiante.  

A Rubén lo conozco desde los ejercicios que hacía en el CCC, donde se la pasaba actuando o nos echaba la mano a los compañeros más grandes, yo iba ayudar con algunos cortos y me lo encontraba, y es de una vibra y rostro increíble y eso bastó. Con Hoze encontré un actor increíble, muy generoso, talentoso y de mucha sensibilidad. Todos fueron valientes de aceptar esta aventura, me pone contento. 

Respecto a lo segundo, fue de platicar mucho con ellas tratando de encontrar y mantener una comunicación fuerte y constante, de alguna manera ganándome su confianza, porque ellas estaban muy ávidas de participar e involucrarse en estas escenas, y es que fue una aventura por parte de ellas a lanzarse sin que hubiera un guion, entonces lo importante era tener un lenguaje en común para filmar sus encuentros. 

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8.- Alejándonos un poco de la película en sí y abordando el trabajo posterior a la filmación, cuéntame ¿cómo es que se da su estreno comercial cuatro años después del FICM?, ¿qué piensas de la distribución y exhibición de este tipo de proyectos independientes? 

Estaba fuera de nuestros cálculos tardarnos tanto para estrenarla, lo ideal hubiera sido en 2019, pero por cuestiones de apoyos y de carpetas no tuvimos el impulso necesario ese año. En 2020 conseguimos un apoyo pero sentimos que no era suficiente y teníamos que esperar otra convocatoria y completar lo que nos hacía falta.  

Este proceso es un poco la radiografía del sistema de distribución de una película independiente mexicana, a veces sucede más rápido y otras nos tardamos más, y la verdad es que ya teníamos que sacarla, no queríamos esperar más, pero la realidad es casi siempre desfavorable, y esto no es algo nuevo. De todas maneras los grandes cines comerciales maltratan a películas como Ayer Maravilla Fui, les dan la salas y horarios que quieren, y las quitan de igual forma. 

9.- Por último, y aterrizando en este 2021, ¿cuál es el panorama que ves de la cartelera nacional en plena pandemia?, ¿qué crees que le espera a proyectos como Ayer Maravilla Fui

Esta vez es obvio que hay menos cines, incluso cines en los que confiábamos para exhibir nuestras películas, como circuitos culturales o pequeños foros, ya cerraron. Y lo que ahora puede resultar interesante, pienso yo, es que la gente se empiece a dar cuenta de que es un privilegio ir al cine, porque era una actividad que dábamos por sentado en nuestra relativa vida diaria, y que ahora nos percatamos que puede ser una experiencia muy especial y apreciada. 

Por lo mismo quiero creer que hay gente que piense que este tipo de películas valgan la pena ver en el cine, porque de todos modos los blockbusters gigantes los van a ofrecer en todas las plataformas habidas y por haber. Se van arriesgar a ver algo diferente, sobre todo en el interior de la República, que ahí tienen menos oportunidades de ver este cine, quisiera ser optimista y que esto pase.

Escrito por

Hiraid Tepunto Aco

Comunicólogo egresado de la UAM-X, asistente de producción y guion en redacción y televisión, abierto a cualquier experiencia audiovisual, lleva un par de años asistiendo a todas las premieres y festivales que pueda en la CDMX, casi nunca para de hablar de cine y series y por eso también hace el podcast @post_creditos (también es fan de Batman, Zelda y los Dallas Cowboys).