Entrevista con Fernando Frías de la Parra: La nueva cara de la dirección en el cine mexicano
«A mí me parece que Ya no estoy aquí invita a una participación más activa de los espectadores».
– Fernando Frías de la Parra.

En pleno siglo XXI y con el comienzo de la nueva década, el cine mexicano presenta una ausencia notable en cuanto al timonel de la dirección. Si bien hoy en día nuestro país goza de cierto prestigio a nivel mundial, gracias a figuras como: Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñarritu y Guillermo del Toro, la verdad es que, por el momento, claramente no hay una generación de directores que irrumpa de forma transgresora y que tome la bandera de relevo anunciándose como el futuro de nuestra nueva cinematografía.

Los nombres que por ahora se asoman relampagueantemente para tomar las riendas de la cámara, han emergido de las penumbras, apenas hace dos años atrás, y nos referimos a: Alejandra Márquez Abella (Las niñas bien, 2018) y Lila Avilés (La camarista, 2018). A estos, se suma el de Fernando Frías de la Parra con Ya no estoy aquí (2019), quien, si bien no llega sin experiencia previa en la dirección, si se estrena en cuanto a popularidad se refiere, y nos ofrece en palabras del dos veces ganador del Oscar en 2018, Guillermo del Toro, una película que «Habla con fuerza y poder. Al chingadazo, sin rodeos y con hartos huevos».

El camino de cualquier cineasta no es fácil, pues el proceso de creación del director es ir tomando lo mejor de sí mismo e incorporarlo a través de cada largometraje, con la finalidad de construir más y mejores obras. Fernando Frías de la Parra, oriundo de la Ciudad de México, parece seguir este trayecto, y con un ojo pulido a través de toda su filmografía, ha empezado a ganarse un hueco en la industria cinematográfica, posicionándose como una de las nuevas caras de la dirección en el cine mexicano.

A continuación, la entrevista que tuvimos con el galardonado a Mejor largometraje mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2019 y acreedor de The Golden Pyramid Award por Mejor película en el Cairo International Film Festival 2019.

(La siguiente entrevista fue realizada el día sábado 4 de julio del 2020 en punto de las 11:00 a.m. de la Ciudad de México (GMT-5) por medio de una video llamada.)

—¿Cómo fue que logró darle cierto balance a su filme sin que la cinta se tambaleara y cayera en un retrato grotesco y hostil, pero que tampoco cruzara esa línea que raya en la apología de la violencia? Porque ambas perspectivas son muy criticadas hoy en día en diversos filmes y series, y su película brilla por su gran ecuanimidad.

—La verdad es una cuestión como de criterio. No era la idea ser alarmista, ni apelar al morbo, ni a la miseria. Es una película que celebra el arraigo, la identidad, la espontaneidad y la generación de una contracultura, los valores estéticos dentro de esa contracultura y es una película sobre muchas cosas. Al ser una película de tantas cosas, quisimos ser cuidadosos.

El personaje principal vive un conflicto en Nueva York y en Monterrey, a donde él pertenece; no quisimos tener la famosa cámara en mano, y que estuviera enmarcando el drama del realismo social. Es una película que se construye de pequeños momentos en la vida del personaje. La historia es solamente un pretexto para mostrar las piezas que se pueden conectar para de alguna manera ampliar un poco las preguntas que hacemos en perspectiva sobre la identidad y otras cosas.

En ese sentido, no hay un ejercicio consciente de decir: ay, cuidado, no hay que ser muy así. Sino simplemente estar alineado con la intención que tiene uno, y al final, en el resultado se nota esa intención.

Hay películas que muchas veces triunfan en el extranjero, pero justamente haciendo una apología de la violencia y glorificando la tragedia de muchos, sin que sean películas que al final de cuentas conecten o hagan resonar el tema con la gente a la que están retratando. Para mí, en principio era fundamental que fuera una película hecha por la gente que estamos retratando, y de la que ellos se sintieran orgullosos, y la verdad es que estoy muy contento con ella.

Ya no estoy aquí (2019) se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el 20 de octubre de 2019, ¿Cómo fue que su largometraje llega a Netflix? Porque sin duda alguna la película es muy buena, y al llegar a una plataforma de streaming global, la visibilidad de la cinta detona en este gran éxito y da como resultado que una cifra innumerable de personas pueda apreciarla. Este fue en definitiva un factor clave ¿no? ¿Cómo es que se suma al catálogo de Netflix?

—Simplemente les interesó, vieron por donde iba la historia, y les interesó desde antes de que termináramos la filmación. Habíamos filmado la parte de México, y faltaba cómo terminar la parte de Nueva York; ellos vieron un potencial y platicamos. Como bien dices, sirvió para acercarla a muchísima gente, y eso es algo muy impresionante.

—¿A qué cree que se deba que su película haya logrado polarizar y polemizar tanto a la sociedad mexicana? En concreto al sector regiomontano.

—Pues, no sé. Yo creo que hay mucha gente que piensa que eso no es Monterrey y dicen: ay, no van a querer venir los turistas. Yo creo que al revés. Yo nunca dije que yo iba a representar Monterrey, o sea, en ningún lado de la película dice eso.

Si me preguntas a que creo que se deba, yo creo que, a una visión bastante estrecha y a un clasismo muy fuerte, a un miedo al otro, y a una hostilidad sistemática de las clases acomodadas hacia las partes más oprimidas.

—Es muy curioso, porque cuando se realizan películas mexicanas que son adaptaciones de cintas estadounidenses, la gente ahí no protesta, y esas cintas tampoco nos retratan en nuestra cotidianeidad, ¿no?

—Sí, sí, hay muchas contradicciones, pero digo, la verdad es que no entiendo el por qué. Digo, una película te gusta o no, pero ¿rechazarla? Al rechazarla categóricamente, de alguna manera estás mostrando una parte de ti, y de tu discurso ideológico, y eso es peligroso en el sentido de que tengas una visión tan reducida, la verdad.

—Dicen que todos los directores tienen una fijación con un tema en específico, que desarrollan a lo largo de toda su filmografía, Scorsese, por ejemplo, habla mucho de la criminalidad y del catolicismo, Tim Burton, de la incomprensión, Tarantino habla de la venganza, y Woody Allen habla de sus insatisfacciones personales. ¿Diría que su fijación es retratar la realidad social? Lo digo porque todas sus obras cinematográficas de alguna forma tienen ese hilo conductor, y lo podemos ver fehacientemente en Calentamiento local (2008), Rezeta (2012), Ya no estoy aquí (2019), y en su próximo trabajo, Jimigration*.

Jimigration, es el primero en realidad. Lleva más tiempo que todos los demás que mencionas, pero creo que al final todo es una realidad social, o sea, incluso las metáforas en el mundo de la fantasía que hablan sobre la humanidad que pueden ser traducidas a eso.

Yo creo que si bien hay un común denominador no del todo deliberado en mi pequeño cuerpo de trabajo, es creo que, el choque cultural.

—Finalmente, para concluir, Fernando ¿Hay algo más que quisiera agregar con respecto a su filme, o algo que no le pregunten recurrentemente en las entrevistas que le gustaría externar? ¿Algo que la audiencia deba saber de Ya no estoy aquí?

—La verdad es que se ha dicho tanto que no sé. Yo creo que la película ha despertado mucha polémica en diferentes niveles. A mí me parece que invita a una participación más activa de los espectadores, y que a quien le guste; me atrevo a decir esto por lo que veo en Twitter y demás redes… A quien le guste puede regresar a ella, y ahí puede encontrar cosas nuevas, tal como nos sucede cuando leemos un libro que nos gusta mucho.

Yo, por ejemplo, estaba trabajando en una adaptación de un libro, cuando lo leí por primera vez dije: «ah, esto yo lo quiero llevar a cine». Cuando lo leí la segunda vez, le encontré un millón de cosas nuevas. Entonces, es una película que intenta no ser discreta, pero sí sutil. Y en su construcción narrativa tiene muchos detalles que no es que hagan más compleja la historia ni mucho menos, pero que si aportan al nivel de los pormenores cosas muy interesantes, ¿no?

Y muchas de ellas no se traducen del español a otro lenguaje, son detalles muy interesantes, como que por ejemplo, el fotógrafo que le intenta tomar una foto al principio al protagonista, es quien lleva Humans of New York en Instagram, Brandon Stanton, él mismo haciendo un cameo. La película tiene esos detalles, que son elementos extraídos de una realidad cercana en el mundo de hoy.

Al final de los créditos, se puede apreciar un video en el que se puede ver a los chavos cuando vinieron a hacer el casting por primera vez, cuando estábamos ensayando; y pues sí, es una película que te invita a visitarla, y a estar atento, paciente y participativo.

Yo pensaba cuando la hice que… como que la comparaba con otras películas pensando en que podría tener un camino o un destino similar, pero hoy en día me doy cuenta que no, que la película ha escrito su propia historia y en muchos sentidos es difícil categorizarla o encasillarla, ¿sabes?

Es una película construida de forma modular, que abarca muchos temas, y a la que se le puede entrar por diferentes lados. No la ve de igual forma un migrante centroamericano en Estados Unidos, que un chico en Monterrey. No es que sean diferentes, sino que, lo que le resuena a cada uno es muy distinto.

*De acuerdo con la información recabada que obtuvimos de varios portales de cine, entre ellos IMBD, Jimigration se mostraba como el último proyecto del director mexicano. Existió un error por nuestra parte al aseverar tal dato.

Agradecimientos a:

Luis Fernando Frías de la Parra, por concedernos esta entrevista.

Agradecimientos especiales a Sergio Huidobro y a Christian A. Huerta, quienes me ayudaron a darle una mejor forma a algunos de los cuestionamientos que se plantearon durante esta charla.

Escrito por

Gerardo Senna

Crítico de cine. Egresado de la Licenciatura en Comunicación por parte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fundador del portal digital «Ensayo Cinematográfico». Adicionalmente, escribe para el sitio web, «Fotogenia».

En el mundo del cine, dentro de las entrevistas que ha realizado, destacan las hechas a Fernando Frías de la Parra, director de cine mexicano (autor de «Ya no estoy aquí», 2019), Sergio Huidobro, periodista y jurado de France 4 Revelation de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes en 2014, y a Alonso Díaz de la Vega, primer crítico cinematográfico mexicano seleccionado por Berlinale Talents. Cofundador de Butaca Ancha.

Twitter: @gerardosenna