Americojones es un músico y actor mexicano que radica en la Ciudad de México; lugar donde ha formado a su banda llamada The Americojones Experience. En su último álbum de estudio, Animal del Demonio, abordan temas oscuros que parecen salir del mismo infierno de la ciudad.
Contradicciones (2020) fue el primer álbum de Americojones, en el que expone una serie de analogías al consumo de drogas y al desapego a las cosas materiales, en cierta medida, su más reciente álbum propone los mismos temas, pero de una forma más cruda y natural. Respecto a sus inicios en la música, Américo recuerda lo siguiente:
«Desde muy chiquillo siempre me llamó la atención la música, siempre me ha gustado mucho; la guitarra me ha atraído desde pequeño y empecé a tocarla a los once años. Eventualmente, no quería hacer música, pero la vida me llevó a este camino, y en 2017 comencé a tomarme más en serio la música e hice una banda con la que pude grabar unas rolas.»
El paso de ser un artista solista a formar una banda es una metamorfosis, la convivencia diaria y el aporte de ideas al proyecto cambia de manera sustancial la forma de trabajo. La pregunta que surgió en mi cabeza era obvia para entender esa evolución entre el primer y segundo álbum. ¿Cómo surgió The Americojones Experience?
«Surgió en mi cuarto. Con una drum machine, mi guitarra y mi bajo hice unos beats y unas rolas que me permitieron sacar un disco como Americojones. Después, monté una banda para tocar las canciones en vivo, sin embargo, a la hora de tocarlas en vivo era un sentimiento raro porque yo había hecho todo en mi cuarto con otros recursos. Fue un proceso complejo tratar de encontrar de nuevo el sonido e integrar a la banda (Raúl, Sebastián, Máximo y Gerardo), es muy chido colaborar con otra gente y que ellos también aporten un poco de su estilo a las canciones.»
David Byrne escribió en su libro Cómo funciona la música sobre las pasiones que enfrenta un músico en sus primeros años para expresar de manera natural todo lo que quiere comunicar a su público. Sin duda, es un texto digno de analizar con profundidad, en ese sentido, pregunté a Américo su proceso de composición y me contestó lo siguiente:
«Yo intento que se produzca de una manera bastante natural; sin tener que teorizar demasiado o pensarlo mucho. Al principio, no quería tocar tanto rock n’ roll, pero descubrí que era el lenguaje con el que mejor me podía expresar. También intento no pensar tanto en géneros musicales, sólo hago canciones y cosas donde me guste la atmósfera, sin encasillarme en un género en específico. No obstante, dentro del rock n’ roll se pueden cambiar muchas cosas y se tiene una infinidad de posibilidades. Para escribir intento tener un sentimiento, tal vez en alguna canción sí tengo algo más específico que decir. En general, es una búsqueda de palabras y frases que me gusten. Sonoramente todo es muy orgánico, crudo y rudo, por supuesto, sonando en vivo me gusta que la grabación se acerque y se mantenga fiel a ese sonido, sin abusar de ciertos recursos.»
Animal del Demonio es una oda dionisiaca al placer; el éxtasis en cada canción acompaña tanto lírica como sonoramente al oyente y lo lleva por un camino para curar sus penas. La simbiosis entre cada canción del álbum envuelve los sentidos más ocultos de cada persona y así descubrimos que todos tenemos al diablo en la sangre. Respecto al camino entre sus dos trabajos discográficos, Americo me explica:
«Una evolución natural, porque grabamos con otro productor y eso cambia bastante el sonido, la forma de trabajar y cómo se abordan ciertas cosas dentro del estudio. A pesar de todo, después de sacar Contradicciones y tocarlo en varios conciertos por dos años, el desarrollo de la banda hacia Animal del Demonio fue más en conjunto y espontáneo. Siento que el proyecto creció, tal vez abordemos los mismos temas, pero han evolucionado las letras y la atmósfera.»
El productor Hugo Quezada ya es un emblema en la escena musical de México, desde su pináculo en Explode View hasta la fundación de Progreso Nacional, ha jugado un papel muy importante en el sonido de las bandas de la ciudad. Obviamente, la repercusión que tuvo en la elaboración del sonido de Animal del Demonio es indiscutible. ¿Cómo fue ese cambio de productor?
«Para mí, trabajar con productores ha sido algo muy chido. Primero, trabajé con Bona Bonson en Contradicciones y, después, ensamble Animal del demonio con Hugo Quezada. Al parecer, Hugo aprendió mucho de Bona porque trabajaron juntos en Robota. Sin embargo, con Hugo todo el proceso fue más puerco y crudo, al tener mejores fierros, micrófonos y equipo se aprovecha todo el sonido. Hugo tiene una visión de cómo hacer las cosas que le gustan y a mí también me late eso, por ese motivo, siento que salió un buen disco.»
La presencia de la escena musical mexicana en los últimos años ha crecido por medio de las conexiones entre las bandas de la capital del país, y, sin duda, The Americojones Experience abandera una esquina del centro de la Ciudad de México. Respecto a su relación de amistad con otras bandas de la CDMX, Americo me comenta lo siguiente:
«Es muy bonito, chido y cagado, porque yo conozco a muchos de Sei Still y Diles que no me maten desde la secundaria. Así que es muy cagado porque antes no nos llevábamos hasta que todos empezamos a hacer música. Recuerdo muy bien cómo nos íbamos impulsando, por ejemplo, yo sacaba material y ellos hacían algo totalmente distinto, y eso me motivaba a seguir. Obviamente, todas las bandas se alimentaron de eso y al mismo tiempo descubrimos muchas bandas y cosas que estaban pasando aquí en México. Fue un proceso muy placentero, que sigue pasando y seguirá con más gente y más bandas, es lo bueno de topar gente que participa en la creación artística, también en las pláticas siendo buen pedo y aportando tu propia visión.»
Dejando atrás la faceta como músico, me interesó conocer un poco más a Américo Hollander, actor de cine mexicano que ha participado en producciones como La vida después (2013), La delgada línea amarilla (2015) y Esto no es Berlín (2019). ¿Cómo ha sido tu experiencia en el mundo del cine?
«Actuar me ayuda en mi performance en vivo, también lo considero una chamba que me gusta mucho, igual me quiero dedicar a eso. Sin embargo, la música es otro mundo, tal vez el performance y videoclips me han ayudado a estar en estas producciones y generar una buena experiencia de trabajo.»
En cuestión del quehacer cinematográfico, ¿Cómo ha sido producir tus propios videos musicales?
«La producción ha sido de bajo presupuesto, entre amigos. También es chido no tener grandes expectativas, por eso no quiero trabajar con mucho equipo, prefiero mantener un equipo pequeño y usar bien los recursos que tengo a la mano. Con la música es igual, siempre intento aprovechar al máximo lo que tengo, conocer bien a mi gente y armar un buen equipo.»
¿Tu canción titulada «La fórmula secreta» tiene relación con el cortometraje de Rubén Gámez?
«Es un guiño al cortometraje, cuando lo vi me impactó mucho y creo que es de lo mejor que se ha hecho en el cine, me sorprende mucho que en México no se conozca ni se enseñe tanto, ahora creo que hay más gente que conoce a Rubén. Para mí, es de las mejores obras del cine mexicano y como también me gusta mucho el título y su atmósfera decidí tomarlo, pero, en realidad, la canción no está directamente inspirada en el cortometraje.»
Entonces, ¿Quién te inspira?: «Las películas de Federico Fellini, Orson Welles, los libros de Dostoyevski; en cuestión musical, todo el punk neoyorkino e inglés de los setenta. También algunas bandas actuales, mis amigos Hospital de México, Belafonte Sensacional, Juan Wauters y Mueran Humanos; son gente que admiro y me inspira a seguir en la escena. Sin embargo, intento no idolatrar de más a nadie.»
¿Cuál es el futuro de Américo y la experiencia?
«En cuestión de la actuación, es más lo que caiga, ahorita no tengo nada seguro. Pero la música continúa, de hecho ya tengo un disco grabado, me falta hacer el master y algunos videos que tengo planeado filmar en Berlín, con mis compas de Sei Still, con un productor chileno radicado en Berlín llamado Pablo Thiermann. Es todo un proceso que se alimenta poco a poco, pero no tengo planeado parar.»