Si hay alguien cuyo nombre sale a relucir por la naturaleza del ambiente del mes de octubre, es Stephen King. El afamado escritor estadounidense de terror, nos ha regalado a través de los años cientos de historias (entre novelas y relatos cortos). Sólo por mencionar algunos títulos, podemos citar: ‘Salem’s Lot (1974), The Shining (1977), Rage (1977), The Stand (1978), Pet Sematary (1983), It (1986), Misery (1987), The Green Mile (1996), Lisey’s Story (2006), Doctor Sleep (2013), Sleeping Beauties (2017), The Outsider (2018), Elevation (2018) y The Institute (2019). Aunque sin duda alguna, su primer trabajo, Carrie (1974), es el más importante por la relevancia mediática que le dio al autor en el mundo literario.
El impacto de la novela fue tal que, en 1975, los derechos para la adaptación cinematográfica fueron adquiridos de forma rauda e intempestuosa por sólo $2,500.00 dólares. Su transposición a la pantalla grande llegaría de la mano de Brian De Palma en 1976. Año en el que fueron lanzadas cintas tan importantes como: Taxi Driver (Dir. Martin Scorsese), Network (Dir. Sidney Lumet), Rocky (Dir. John G. Avildsen), The Omen (Dir. Richard Donner), Ai no korîda (Dir. Nagisa Ōshima), All the President’s Men (Dir. Alan J. Pakula), Novecento (Dir. Bernardo Bertolucci) o Casanova (Dir. Federico Fellini).
El que Brian De Palma pudiera realizar una versión de una novela tan popular no era algo descabellado. Pues el director estadounidense ya tenía cierta experiencia no sólo detrás de la cámara, sino con las películas de corte horror, thriller y slasher. Para muestra basta revisar su filmografía hasta ese momento y acercarse a títulos como Sisters (1972), Phantom of the Paradise (1974) —aunque esta segunda, es una comedia musical rock de horror— y Obsession (1976). Y en el caso de estos últimos dos filmes, la mediana aceptación de la audiencia y la crítica les permitió ganarse dos «modestas» nominaciones para los premios de la Academia, en las categorías de Best Scoring: Original Song Score and Adaptation or Scoring: Adaptation y Best Original Score, respectivamente.
En 1974, el año en que De Palma estrenó Phantom of the Paradise, el joven director de entonces 34 años, vio como The Exorcist (1973) llegaba fuerte a la 46ª edición de los Premios de la Academia con 10 nominaciones. Ante tal hecho, el oriundo de New Jersey pensó que el cine de horror y terror también podría ser considerado «buen cine». Además, cabe mencionar que The Exorcist (1973) igualmente era una adaptación de una novela publicada en 1971. Así que, ante el «fracaso» que supuso Phantom of the Paradise (1974) al sólo conseguir una nominación en los Premios Oscar, De Palma quiso volver a intentarlo dos años más tarde, pero ahora con la adaptación de una novela que le permitiese llegar al estrado de los ganadores en los Oscars.
El resto es historia, al momento del lanzamiento de Carrie (1976), la popularidad de Stephen King, Brian De Palma y, desde luego, del elenco de la película, se elevó aún más. Sus nombres, aunque si bien ya eran conocidos, ahora tenían un gran prestigio dentro de su industria. Y no sólo eso, además se anunciaba una revelación actoral en el papel protagónico: Sissy Spacek.
Al llegar el momento que De Palma tanto esperó en los Premios de la Academia de 1977, Carrie (1976) únicamente logró cosechar dos nominaciones: Mejor Actriz Principal y Mejor Actríz de Reparto. Sin embargo, el filme triunfó en otras premiaciones y festivales de menor jerarquía como: el Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films, el Avoriaz Fantastic Film Festival, los Edgar Allan Poe Awards, los Golden Globes, los Hugo Awards, los National Society of Film Critics Awards, el New York Film Critics Circle Awards, y por último, los Turkish Film Critics Association (SIYAD) Awards.
Aunque la finalidad de la mayoría de las películas de terror es netamente económica y de popularidad, Carrie tiene algo que no tiene The Exorcist (1973), un trasfondo que, aunque es visto desde un contexto adolescente, toca la otredad, el miedo a lo distinto, el acoso (sea escolar o de otros tipos), el puritanismo, la crueldad, las consecuencias de nuestros comportamientos, etc., etc. En cambio, la multinominada cinta de William Friedkin, se detiene en un argumento que, aparentemente, se inspiró de un hecho «verídico» que escandalizó a la sociedad estadounidense de 1949, cuya arenga se queda en la fe, y la lucha eterna entre el bien y mal.
Finalmente, se puede concluir que Carrie es una historia de horror real. De horror al otro. No por nada esta historia tan ad hoc a nuestros tiempos se prestó nuevamente para un remake en 2013. Su función y su discurso lamentablemente siguen vigentes. Basta con echar un vistazo a los conflictos entre individuos de un mismo grupo, raza o nación, —por ejemplo, estadounidenses caucásicos vs. afro estadounidenses—. Ya ni hablemos de las problemáticas entre naciones. Pero esos son otros temas.