En este nuevo álbum, el cantautor abandona su zona de confort para afrontar el dolor que lo agobia y sumergirse en la introspección.
A pesar de ser conocidas como ballenas asesinas, las orcas son cetáceos con una buena apariencia física, no por lo grandes que son, sino por lo bien parecidas que resultan para el ojo humano, sin embargo, se sabe que esta especie es una de las que más dolor experimenta estando en cautiverio. Por ello, y tomando como base lo anterior, el cantautor neoyorquino Brendan Patrick, mejor conocido como Gus Dapperton, nombra Orca a su segundo LP; suponiendo una metáfora entre él y el cómo estos animales se encuentran atrapados sufriendo mucho, resaltando que es imposible conocer la salud mental de alguien sólo por la apariencia física.
Anteriormente, en sus primeros tracks como «Moodna, Once With Grace» y «I’m Just Snacking», sencillos que le consiguieron un lugar en el mundo del dream pop en Estados Unidos, y su primer álbum de estudio del año pasado, Where Polly People Go to Read, Dapperton abarcaba temas como el amor y el desamor. Ahora, en este nuevo álbum, el cantautor deja a un lado este tipo de contenido y abandona su zona de confort para afrontar el dolor que lo agobia y sumergirse en la introspección.
«Bottle Opener» es la canción perfecta para la introducción, pues con una melodía suave y tranquila, Gus hace referencia al título y destapa todos esos sentimientos que tenía embotellados y se va preparando para soltarlos canción por canción.
«First Aid» se abre paso con una guitarra acústica que continúa con percusiones que se mantienen durante toda la canción, en la cual el neoyorquino se muestra completamente vulnerable haciendo alusión a su depresión mientras que su voz se encuentra con la de su hermana, Amadelle, para terminar mencionando que ella le salvó la vida.
En «Post Humorous», Dapperton habla sobre la perspectiva burlona que tenía de la muerte cuando era pequeño haciéndolo pasar desapercibido gracias a los ritmos de dance pop y su voz un tanto alegre. Mientras que en «Bluebird» se dirige más hacia guitarras electrizantes y teclados juguetones que lo llevan a hablar sobre la ansiedad.
Con un bajo completamente hipnotizante, ritmos serenos pero pegajosos y un coro fácil de aprender, «Palms» es de las mejores canciones que tiene el disco instrumentalmente hablando. En cuanto a la lírica, Gus narra a dos personas empáticas que comprenden la ansiedad del otro.
Para el turno de «My Say So», Dapperton cuenta con la colaboración de la cantante australiana, Chela. En este tema la voz femenina sobresale y el xilófono agrega tonos alegres. Punto completamente diferente en «Grim», canción en la que destacan más las guitarras, percusiones pesadas y la voz grave del cantante. En «Antidote» el ritmo del disco vuelve a bajar con percusiones tranquilas que poco a poco se van mezclando con la voz del neoyorquino y una suave voz femenina.
Ya en la recta final de Orca se encuentra «Medicine», canción que, según Dapperton, define totalmente al álbum, pues la escribió con el propósito de plasmar su vida de la manera más honesta en la que se describe como una persona autodestructiva que evita cualquier proceso de curación. Haciendo un último esfuerzo y utilizando el título «Swan Song» de manera metafórica, Gus se encuentra enteramente redimido y listo para mudar hacia una mejor versión de sí mismo.
En Orca, Gus Dapperton toca temas como la ansiedad y la depresión que lo llevaron a un dolor y sufrimiento profundo. Tal vez sea un álbum fácil de olvidar por sus producciones poco memorables o sus versos un tanto superficiales y sin mucho impacto, pero se le reconoce que haya abierto el diálogo sobre esto, pues, aunque siguen parcialmente estigmatizadas en la sociedad, las enfermedades mentales son patologías muy comunes que continúan afectando a gran parte de la población mundial y en la mayoría de los casos resulta difícil pedir ayuda o expresar este tipo de emociones.