Desde sus inicios, The Doors siempre fue una banda que se caracterizó por tener un aura mística bastante atrayente. Todos y cada uno de sus álbumes no tienen desperdicio. Pero a raíz de la muerte de su vocalista, Jim Morrison, la banda dudó si seguir o no. Y aunque a ojos del público «el rey lagarto» era la esencia del grupo, lo cierto es que Ray Manzarek, Robby Krieger y John Densmore fueron quienes en realidad dieron forma, cuerpo y vida al estilo conceptual del cantante de Melbourne, Florida. «El poeta del caos» era la voz, la imagen y la lírica de la agrupación psicodélica, pero sus compañeros eran quienes tiraban del gran elefante blanco que era The Doors.
Ray Manzarek, quien siempre fue el líder musical, intuía que podían seguir con la banda. Para él, la solución era sustituir a Jim, pero ¿quién podría con tal carga? Necesitaban a alguien igual de popular y que pudiera cantar igual o mejor que Jim. Las opciones barajadas en aquel instante fueron tres.
«Sí, se lo propusimos a Iggy Pop. Y a Joe Cocker. Y a un bajista y cantante que quizás te suene: Paul McCartney», llegó a mencionar el organista de The Doors, en 2012, durante una entrevista por el relanzamiento conmemorativo de L.A. Woman (1971).
Las ideas de reemplazar a Jim se descartaron ante la negativa de los cantantes a los que se les propuso. Por consiguiente, la agrupación decidió seguir como un trío en vez de un cuarteto.
Por su parte, Robby Krieger, el ex guitarrista de The Doors, recordó:
«Fue un momento difícil, por supuesto. Cuando Jim falleció… seguimos adelante. Los tres estábamos practicando todo el tiempo, escribiendo cosas nuevas. Cuando murió, dijimos: ‘Dios, ¿qué vamos a hacer?’ Podríamos dejarlo o, ya sabes, tenemos todas estas canciones. Entremos y grabemos y veamos qué pasa. Probablemente no deberíamos haberlo sacado tan rápido después de la muerte de Jim. Simplemente sentimos que eso era todo lo que podíamos hacer. Podríamos habernos sentado y estar deprimidos. —Que lo estábamos—. Pero, no sé. La discográfica, Elektra, quería que continuáramos. No fue una decisión tan difícil».
Así, la grabación del álbum no se hizo esperar, y entre junio y agosto de 1971 se completaron todas las canciones para el nuevo disco. El nuevo material vio la luz el 18 de octubre del mismo año. El LP constaba de ocho pistas compuestas en su mayoría por Krieger, quien anteriormente en otros discos ya había fungido como autor de temas como «Light My Fire», «Love Me Two Times», «Touch Me» y «Love Her Madly». ¿Por qué no habría de repetir cosechando algunos nuevos hits? Lamentablemente para él y sus compañeros no fue así.
Other Voices (1971) es el trabajo de una banda que se rehusaba a morirse, ¿Cómo podrían retirarse de la escena musical, si eran personas que tenían 32 —Manzarek—, 27 —Densmore— y 25 —Krieger— años? No hace mucho, en aquel mismo 1971, antes de que Jim muriera, estaban en la cúspide de su carrera. Para ellos era imposible pensar en dejar The Doors y dejar la música.
El disco abre con la entusiasta, pero insípida «In the Eye of the Sun», seguida por la desangelada «Variety Is the Spice of Life». En cambio, canciones como «Ships with Sailes» y «Tightrope Ride» gozan de instantes interesantes. Y por otra parte «Down on the Farm» sirve como un buen puente para llegar a «I’m Horny, I’m Stoned». Irónicamente, a lo largo del álbum, se nota mucho el esfuerzo que pusieron para «sonar» como ellos mismos; para sonar como los «viejos» y exitosos Doors.
Other Voices tal vez podría ser un Morrison Hotel Vol. 2 por su estilo blusero y de rock sucio, o quizá siendo más severos, suena como una banda nueva y sin identidad, que quiere, —pero no logra— sonar como The Doors.
Es preciso mencionar que al final de este material, resalta por demás la percusión y el piano Rhoades, en un estilo que rememora al álbum debut Santana (1967) de la también agrupación californiana; el estilo afrolatino está más presente que nunca en el último tema del disco «Hang On to Your Life», pista que seguramente fue compuesta en honor a Morrison, cuyo título en español sería equivalente a: Aférrate a tu vida. Hay que echarle un vistazo a la letra:
Dulce ave de rapiña que has caído
Toda suave y negra, es hora de crecer
No tengas miedo de tocar la luz
No huyas del amor en la noche sin estrellas.
Aférrate a tu vida, ya ha comenzado
Espera en el paraíso, aquí vamos ahora
La vida es como el viento, ¿dónde empieza?
Llegó la hora de nuevo, ¿dónde está tu día ahora?
Tráeme tu luz del sol, es el camino ahora
Solo extiende tus alas y prueba el cielo
Es hora de reír, es hora de volar
El aire de la montaña es claro y brillante
Tu mundo de sombras es una noche interminable.
Aférrate a tu vida, ya ha comenzado
Espera en el paraíso, aquí vamos ahora.
Aférrate a tu vida, ya ha comenzado
Espera en el paraíso aquí vamos ahora.
La vida es como el viento, ¿dónde va a terminar?
De hecho, Jim Morrison, dijo alguna vez: «La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros… suaves como garras de cuervo».
La analogía del ave de rapiña con la frase de Morrison está evidentemente interconectada. Además de que sus compañeros tienen el gesto de decir que lo alcanzaran en el paraíso y que la vida es infinita o cíclica ¿dónde va a terminar?, no tiene principio ni final, aférrate a tu vida, ya ha comenzado.
Other Voices, es un disco nostálgico por cómo intentan sonar los Doors; y pese a que no tuvo mucha resonancia en la industria musical, ni dentro del circuito del rock, no fue el último. Manzarek y compañía intentaron valientemente hacer lo posible para demostrar que aún no estaban acabados y que todavía podían dar más.