La WWE presenta la historia de la campeona femenil más joven de su compañía a través de la actuación de la talentosa Florence Pugh, la cinta cumple y es una gran opción para el disfrute, incluso para aquellos que nada saben de este universo.
Fighting With My Family es una película basada en el documental de 2012 titulado The Wrestlers: Fighting With My Family, dirigido por Max Fisher. En el filme nos internamos en la vida de los Knight, una familia de luchadores de Norwich que organiza funciones de lucha libre. Todo arranca en el año 2012, con tan solo 18 años, Saraya (Florence Pugh) ya es reconocida como «Britani Knight», y su hermano Zak (Jack Lowden), entrena a jóvenes que encuentran en la lucha libre una escapatoria para sus vidas.
El verdadero sueño de ambos hermanos es llegar a las ligas mayores e ingresar en las listas de la WWE (World Wrestling Entertainment). La oportunidad llega cuando el entrenador Hutch Morgan (Vince Vaughn) acepta incluir a los hermanos en un evento en el The O2 Arena. Saraya es aceptada y adopta el nombre de «Paige» -en homenaje al personaje de Rose McGowan en Charmed (1998)-, sin embargo, su hermano Zak no es elegido.
Es muy probable que si no eres fan de la WWE y no conoces al personaje de «Paige» la sinopsis de la película no te genere gran interés. No obstante, la cinta es una gran opción para el disfrute, incluso para aquellos que nada saben de este universo. La película fue escrita y dirigida por el británico Stephen Merchant, consagrado en la TV por su trabajo en The Ricky Gervais Show y The Office, y tiene como productor a Dwayne Johnson, quien además se interpreta a sí mismo en el filme.
Pese a ser una «película de lucha» no se limita a un sólo género cinematográfico, es cierto, la historia decae en el drama y la comedia, pero también es una cinta con emoción, entretenida, cómica y familiar, donde la lucha libre solamente hace que todas las piezas se unan. El filme usa como contexto a este espectáculo deportivo para contar una simpática y muy entretenida historia de sueños y anhelos cumplidos que exceden lo personal y se comparten en familia, algo con lo que cualquiera puede sentirse identificado.
Hacer una biografía deportiva que, al mismo tiempo, sea una comedia es una proeza que se antoja difícil. Aquí se logra con dignidad y aunque no alcanza la «maestría», sus personajes un tanto caricaturescos se ganarán tu cariño y empatía con chistes un poco ácidos y situaciones bastante absurdas. No te ofrece un cuento de hadas, pero tampoco se trata de un documental que pretenda mostrar el ascenso de una estrella deportiva.
En la película la comedia y el drama se encuentran en su justa medida, una no opaca la otra. El conflicto entre hermanos se siente real y aunque pudo pulirse más, destaca porque logra atraparte en una historia que habla sobre el empoderamiento y el esfuerzo. Las historias inspiradoras siempre son necesarias en el deporte; permiten vislumbrar motivación para ir contra diversas circunstancias y, en ese sentido, la historia cumple.
La WWE opta por presentar la historia de su campeona femenil más joven a través de la actuación de la talentosa Florence Pugh, quien sigue sumando grandes papeles a su carrera. Aquí ofrece una actuación bastante destacada, acompañada de un compromiso físico que le ayudó a realizar algunas acrobacias luchisticas sin ayuda de un doble, además de lograr transmitir las emociones de una joven que se debate entre lograr el sueño de toda su vida, y de toda su familia, a la vez que sufre por sentir la lejanía del hogar y por sentir que ha traicionado a su hermano.
También sobresale la actuación de Lena Headey, quien se aleja de la interpretación fría y calculadora de Cersei Lannister a la que ha acostumbrado a los seguidores de la serie Game of Thrones y da vida a una mujer con un pasado complicado que busca mantener a su familia unida. Otro que sobresale es Vince Vaughn (‘Dodgeball: A True Underdog Story’ y ‘Wedding Crashers’ ), pues logra desarrollar un personaje derrotado, desmotivador y cruel, que ama el deporte y toma la decisión de convertirse en un excelente impulsor en lugar de ser una estrella.
A pesar de tener ciertos clichés, lo cierto es que los sabe manejar a su beneficio para entregar una historia motivadora. Fighting With My Family posee en cierta medida un mensaje de empoderamiento femenino, pues es la historia de una joven que sin tener un físico demasiado exuberante, pudo convertirse en una sensación mundial en un negocio dominado por hombres, donde las pocas luchadoras eran elegidas entre modelos y cheerleaders.
Y es que «Paige», quien el 9 de abril del 2018 anunció su retiro definitivo de los cuadriláteros tras una fuerte lesión, marcó un legado reconocido por los seguidores de la WWE, pues junto a la luchadora AJ Lee, formó los pilares de la llamada revolución femenina en la compañía de los McMahon, al convertirse en la persona más joven en ganar el WWE Divas Championship en su debut en el roster principal de la marca RAW un 7 de abril del 2014, con tan solo 21 años de edad.