
[Parte 1]
Me gustaría iniciar este texto (reseña, tal vez) señalando que nunca antes había escuchado un disco completo de Steven Wilson, a pesar de que sus dos álbumes previos a The Overview, THE FUTURE BITES (2021) y The Harmony Codex (2023), los publicó justo cuando yo me encontraba dando mis primeros pasos en el periodismo musical, e incluso ya había leído en diversos medios especializados cosas muy positivas sobre su obra en general.
Menciono esto no solo como mero dato anecdótico, sino también para ponerlos en contexto de cómo fue para mí escuchar The Overview de principio a fin y sumergirme paulatinamente en su universo y el del propio Wilson.
No soy un gran conocedor de rock progresivo como sí lo soy de otros géneros, pero soy muy fanatico de algunas de las bandas más importantes del género, como Pink Floyd, King Crimson, Yes o The Alan Parsons Project, solo por mencionar algunas. Sin embargo, para ser honesto en tiempos recientes no había encontrado un proyecto o un disco que me impulsara a retomar mi gusto por el género. Al menos así era hasta que me crucé con el octavo disco en solitario de Steven Wilson.
Quizá me coloqué los audífonos sin tener demasiadas expectativas, pero sin darme cuenta terminé envuelto en una de las experiencias auditivas más estimulantes y placenteras que he vivido en los últimos años.

[Parte 2: «Objects Outlive Us»]
«Es como un viaje a través de las estrellas». Esta fue la primera idea que vino a mi mente tras escuchar «Objects Outlive Us» en su totalidad, la primera de las dos canciones que conforman The Overview, que a su vez está dividida en seis fragmentos cuidadosamente entretejidos.
Es cierto, tal vez sea una idea repetitiva y a simple vista un poco insustancial, pero no es ninguna coincidencia que me haya sentido en un viaje estelar, pues según palabras del propio Wilson, «The Overview está basado en el denominado «overview effect» —efecto de visión general, en español— según el cual los astronautas, tras observar la Tierra desde el espacio, experimentan un cambio cognitivo transformador. A veces positivo, al conectar con mayor intensidad con otras personas y la Tierra misma, y a veces negativo, al ver a la raza humana y a nuestro planeta como algo insignificante, perdidos en la inmensidad del universo.» [1]
Esta dualidad se encuentra presente desde la primera parte de «Objects Outlive Us». El tema comienza con una melancolía cristalina, casi espiritual, como si Wilson estuviera cantando desde la bóveda celeste, aunque en realidad la letra nos pone en la piel de un astronauta que se aleja lentamente de la seguridad de la tierra para adentrarse en la incertidumbre del universo.
Después de esta introducción desalentadora o esperanzadora (depende de cómo se perciba), comienza el tercer capítulo, «Objects Outlive Us: Meanwhile», que puede considerarse como el corazón de esta primera parte del disco. Aquí el músico inglés parece reflexionar sobre los problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad y cómo estos pueden parecer insignificantes al compararlos con la complejidad del universo y los miles de acontecimientos que suceden en él.
«And there, in an ordinary street
A car isn’t where it would normally be
The driver in tears, ’bout his payment arrears
Still, nobody hears when a sun disappears
In a galaxy afar.»
Para la recta final el tema se transforma en una pieza instrumental de rock/metal progresivo puro y duro, y posteriormente vuelve a mutar en la dulce balada melancólica del inicio, esta vez acompañada de una solo de guitarra onírico, que por momentos rememora a David Gilmour y Pink Floyd; ese Pink Floyd de The Dark Side Of The Moon (1973) y Wish You Were Here (1975).

[Parte 3: «The Overview»]
La segunda parte del álbum es ciencia ficción en todo su esplendor. Es como estar dentro de la película Blade Runner: 2049 (2017), de Denis Villeneuve. En este tema la dualidad nuevamente se hace presente. En la primera parte, Wilson nos invita a contemplar la riqueza casi magnánima del universo, sin embargo, en el segundo capítulo rompe con el encanto y nos reta a cuestionarnos sobre nuestra propia existencia, sobre nuestro rol en este mundo, así como el de todas las personas y elementos que nos rodean, todo para no llegar a nada en concreto. Sí, así como le sucede al Agente K/Joe en la cinta del director canadiense.
«I’m already gone
Is there self?
Is this real? Is this a dream?
There’s no reason for anything
Just a beautiful infinity (Ooh)
No design and no one at the wheel
Just an existential mystery.»
En los últimos dos fragmentos —«The Overview: Infinity Measured In Moments» y «The Overview: Permanence»— el músico inglés fusiona la electrónica de Vangelis con el rock espacial de Tangerine Dream, hasta elevarnos con una extraña sutileza y elegancia a los confines de la galaxia y, por consiguiente, de nuestra propia imaginación.
De pronto, sin darnos cuenta, el viaje ha concluido. Parece que el disco solo nos ha dejado varados en mitad del universo, como cualquiera de las estrellas diminutas que están dentro de su hermosa portada. No obstante, las sensaciones, las reflexiones y los cuestionamientos que plantea permanecen con nosotros, trascienden desde la primera escucha, y se expanden como el universo mismo en escuchas posteriores. Y eso, sin duda alguna, es lo más valioso de The Overview, y del trabajo de Steven Wilson en general.