“Así que empecé a pensar que tal vez fuera cierto que casarse y tener niños equivalía a someterse a un lavado de cerebro, y después una iba por ahí idiotizada como una esclava en un estado totalitario privado”. –La campana de cristal– (1963).
Sylvia Plath fue una escritora estadounidense nacida en 1932 en Boston, hija de Otto Plath, profesor de biología, y de Aurelia Schober, profesora de inglés y alemán (sabríamos más de ellos porque fueron una constante en su obra). Sylvia fue una escritora de vida breve, suicidándose en el año de 1963. Aunque es conocida por su enfermedad maníaco depresiva y por su trágica muerte, sin duda, fue una mujer prolífica y con un talento innegable que se vio plasmado en sus poesías, en sus diarios y en su única novela La campana de cristal.
¿Por qué la obra de Sylvia Plath es tan relevante?
Una mujer inteligente, ambiciosa, y una de las escritoras más estudiadas del siglo xx. A mi parecer, Sylvia Plath es un reflejo de un enorme problema cultural y social en cuestión de género, que en la actualidad sigue siendo un problema garrafal dentro de cualquier sociedad alrededor del mundo. Mediante su poesía juzgaba estos parámetros que miden que debe ser un hombre y que no debe ser una mujer, “el hombre debe aspirar a ser y la mujer no debe aspirar ni ser”.
Esta idea de que nacemos incompletas para ser el complemento de alguien, la refleja en su poesía reprochando a su madre, el ejemplo vivo de una mujer ideal, abnegada y sacrificada por sus hijos. Esta contradicción que para el hijo es normal la abnegación de la madre y que la hija tiene la obligación de replicar dicha abnegación y sacrificio, enfermaron a Sylvia durante toda su vida.
Podríamos hablar de la muerte de su padre, de sus estudios, o de su relación con el también poeta, Ted Hughes, al cual conoció en la universidad de Cambridge y con quien se casó tres meses después, pero esto sería redundar en la información obvia.
Por supuesto que sus vivencias fueron de vital importancia en su obra, aunque la verdadera esencia de Plath se vio reflejada en sus diarios, donde habló acerca de su ambición por ser escritora, su inestabilidad emocional, su miedo a la insatisfacción, el cómo ser una mujer ambiciosa no funcionaba en una relación sentimental y como fue que se convirtió en el personaje secundario en su propia vida, en donde Ted Hughes era el estelar.
El castigo social a la ambición femenina.
«Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.» –La campana de cristal– (1963)
Esta es un frase que vale la pena rescatar de la obra de Plath, ¿Por qué una mujer debe elegir entre ser madre, esposa, profesionista, hija, hermana?, ¿no puede ser todo a la vez?, ¿todo se desmoronaría? Ella no podía ser ambiciosa, la ambición lleva a la soledad, la soledad al miedo, y el miedo a la subordinación, por eso Sylvia decía: “Mi tragedia es haber nacido mujer”.
Al separarse de Hughes, experimentó con su poesía, le dio vida, comenzó a reconocer su trabajo, cosa que nunca consiguió en su matrimonio con Ted, ya que siempre se le vio como la esposa del poeta y no como la colega poeta. La sociedad quería una mujer sumisa, ese dilema fue un detonante en la estabilidad emocional de Plath que la atormentó hasta el día de su muerte, un mes después de publicar su primera novela.
El hombre comenzó a ser una individualidad, algo único, algo con un nombre, y la mujer significó sacrificio y estar al servicio de todos. El conflicto entre la vida intelectual y la normal, orillaron a Sylvia a pensar en demasiadas cosas que, paulatinamente, la impulsaron a escribir en sus diarios sobre la liberación de la mujer y a describir de forma clara y directa el infierno y el juego de roles y egos que vivió con Ted Hughes. Escribió sobre la liberación sexual y sobre como fue que se atrevió a escribir en un mundo gobernado por hombres. En su obra semi-autobiografca, La Campana de cristal, expresa su constante inestabilidad emocional por vivir en un mundo opresivo y como es que la presión social de cumplir con un modelo ideal de mujer que ella no quiere ser, le causan inseguridad sobre su futuro.
Sylvia Plath fue una escritora infravalorada en su momento, gracias a la ola feminista de los años 70´ se volvió a retomar su obra, se apreció, e incluso se le otorgó el premio Pulitzer póstumo en 1982. Fue víctima de un sistema en el cual lamentablemente seguimos inmersos, esta ideología estereotípica, en la cual una mujer debe cumplir un cierto rol inalcanzable dentro de la sociedad, una mujer que es madre debe atender a su familia, un debate entre el éxito profesional y la soledad personal.
En la actualidad el mundo está sujeto a cambios sociopolíticos importantes, en donde la mujer está alzando la voz en contra de esta violencia tan interiorizada que se nos hacía tan natural. Es por eso que escritoras como Margaret Lynch. Marcela Lagarde y la propia Sylvia Plath se sienten tan actuales. Plath es un potencial perdido, pero mediante sus escritos nos mostró que no nacimos incompletas para que nos complete alguien más, nosotras nacemos completas, como seres independientes que deben aspirar a buscar una individualidad.
Muchas de las obras de Plath se publicaron después de su muerte estas son algunas de ellas:
- El coloso (The Colossus) (1960).
- Ariel (1965).
- Cruzando el agua (1971).
- Tres mujeres (1968).
- Árboles de invierno (1971).
- Poemas completos (The Collected Poems) (1981).
- La campana de cristal (The Bell Jar) (1963) con el seudónimo de «Victoria Lucas».
- Cartas a casa (Letters home) (1975), enviadas a y editadas por su madre.
- Johnny Panic y la Biblia de sueños (Johnny Panic and the Bible of Dreams) (1977).
- Los diarios de Sylvia Plath (The Journals of Sylvia Plath) (1982)
- The Magic Mirror (1989), la tesis para Smith College.
- The Unabridged Journals of Sylvia Plath (2000).