Beach Fossils regresa a la palestra musical con su séptimo material de larga duración, Bunny.
Desde su álbum homónimo, la banda estadounidense ha implementado un toque de frescura a los géneros dream pop, surf rock, lo-fi, indie rock y shoegaze. Desde luego, su discografía ha mutado tanto lírica como sonoramente desde su fundación en 2009, y ahora, con su nuevo álbum, algunos sencillos como «Run To The Moon» y «Don’t Fade Away» apuntan a convertirse en canciones de culto entre los fanáticos de la banda de Brooklyn, Nueva York.
Bunny fue completamente grabado y producido por Dustin Payseur, vocalista, guitarrista y líder del grupo, quien incluso comparte su lado más vulnerable y emocional en las letras. Las canciones exploran varias historias, desde la batalla contra el cáncer de un miembro de su familia hasta la alegría de ser padre por primera vez. Todo corre bajo la masterización de Josh Bonati, mezclado por Lars Stalfors y cobijado por Bayonet Records.
Por desgracia, los habitantes de la gran ciudad venían de un bache importante en su discografía con su último material, The Other Side of Life: Piano Ballads (2021), sin embargo, sus trabajos anteriores sustentan una carrera formidable en la escena de New York con: What a Pleasure (2011), Clash the Truth (2013) y, sobre todo, Somersault (2017).
Además la alineación de la banda ha cambiado de forma significativa desde las salidas de Tommy Gardner, Christopher Burke, John Peña y Zachary Cole Smith (miembro fundador de DIIV), y las incorporaciones de Jack Doyle Smith (bajo), Tommy Davidson (guitarra) y Anton Hochheim (batería), miembros que desde su llegada han consolidado el proyecto.
La apertura de Bunny arranca con «Sleeping On My Own», una canción que representa serenidad en el caos de una pareja en declive, en la que la voz de Dustin Payseur nos introduce en el follaje de su alma. «Run to the Moon» trata de expresar una salida a otro mundo. Mientras que la depresión invade el cuerpo del protagonista, las drogas entran en su organismo para olvidarse de la realidad y convertirse en el hombre de las estrellas.
«Don’t Fade Away» es el pináculo del álbum. Por supuesto, la conexión del público con este tema se debe a su lanzamiento como sencillo a principios de año y es que la canción habla por sí misma, pues la letra hace referencia a la novocaína, un anestésico que se utiliza para dejar de sentir dolor. La metáfora de asociar la droga con una mujer resulta simplemente impresionante, pues efectivamente, ella alivia el dolor crónico.
Mientras tanto, «(Just Like The) Setting Sun» transmite una aura liberadora al puro estilo del space rock, haciendo alusión a Spiritualized. La puesta en escena es el regreso a casa, New York, una ciudad llena de grafitis y personas salvajes en decadencia; todo bajo la jungla de pavimento.
Por otro lado, «Anything Is Anything» comienza con rasgueos de guitarra acústica que invitan a una retrospectiva hacia uno mismo, hacia los orígenes, hasta cerrar con un coro extendido en diferentes capas sonoras. «Dare Me» promulga acabar con las conversaciones aburridas, ser directo y tomar las riendas de tu vida. Sí, solo por diversión.
«Feel So High» tiene una estructura similar a las grandes interpretaciones de shoegaze, como «Souvlaki» de Slowdive. La libertad de las guitarras son sostenidas con un solo propósito: vivir. «Tough Love» rompe los paradigmas con un word rock lleno de esperanza. Al mismo tiempo, «Seconds» recuerda el estilo sonoro de los inicios de la banda, especialmente del disco What a Pleasure (2011). Al final, «Waterfall» sobreexpone un mar de calma. La purificación. El alma sagrada que no mira atrás, solo tiene un camino.
En general, Beach Fossils forma parte de una era dorada en la historia de la música neoyorquina. La metamorfosis de su núcleo ha evolucionado en varias capas hasta convertirse en parte esencial de la escena musical. El legado está escrito.